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lunes, 23 de noviembre de 2020

Todo lo que nunca fuimos [Deja que ocurra #1]

 

Alice Kellen/ Editorial Planeta/ 352 páginas/ Todo lo que nunca fuimos [Deja que ocurra #1]/ Tapa blanda/ Comprar aquí


Leah está rota. Leah ya no pinta. Leah es un espejismo desde el accidente que se llevó a sus padres. Axel es el mejor amigo de su hermano mayor y, cuando accede a acogerla en su casa durante unos meses, quiere ayudarla a encontrar y unir los pedazos de la chica llena de color que un día fue. Pero no sabe que ella siempre ha estado enamorada de él, a pesar de que sean casi familia, ni de que toda su vida está a punto de cambiar. Porque ella está prohibida, pero le despierta la piel. Porque es el mar, noches estrelladas y vinilos de los Beatles. Porque a veces basta un «deja que ocurra» para tenerlo todo.

¡Buenas mis queridas estrellas! Hoy vuelvo con otro libro más de esta autora que se ha convertido en una de mis favoritas de romance sin duda alguna. No me canso de leer esa manera tan especial que tiene de percibir los sentimientos y transmitirlos en papel. Es terminar un libro suyo y sentir que mi corazón y alma se rejuvenecen, que respiro y siento y vivo y lloro y amo con todo mi ser. Porque en esta autora reside una magia insuperable.

“Todo lo que nunca fuimos” nos cuenta la historia de Leah, una chica que perdió a sus padres por culpa de un accidente de coche y ya no es capaz de ver el color en su día a día. Ya no puede coger su pincel y trazar ese arte que sigue latiendo en sus venas, aunque ahora esté dormido y no sea capaz de dar ese paso por miedo. Leah se ha alejado de todo aquello que le recuerda a sus padres, no sale al exterior y no habla con nadie. Aunque todo eso cambia con la llegada de Axel a su vida. Cuando tenga que acogerla en su casa unos meses, aquello que ella sintió tan profundamente por él volverá para hacerle recuperar parte de los colores. Acompañados de Los Beatles, Leah y Axel descubrirán que a veces hace falta dar un salto para alcanzar lo que por miedo no somos capaces.

Este es un libro que no he podido soltar hasta terminarlo. Ni siquiera sé muy bien cómo empezar a hablaros de él por lo mucho que me ha transmitido. A pesar de que he leído que es uno de los más flojillos de ella, para mí ha sido igual de mágico. Toca temas muy profundos e importantes, la superación y el levantarse cuando estás roto en pedazos por algo que es imposible recuperar. Nos habla del arte, de lo importante que es en nuestras vidas y todo lo que eres capaz de plasmar con él al punto de desnudar tu alma. Nos habla de lo importante que es enfrentar lo que nos duele, lo que nos rompe y lo necesario que es plantar cara a aquello que nos negamos a hacer por culpa de los recuerdos tristes. Y cuenta con una historia de amor que consigue traspasar tu alma entera, lloras por todo lo que viven estos personajes y por lo importante que es tener a alguien capaz de sostenerte cuando empiezas a caer. La pluma de Alice Kellen nunca aburre y da igual que sea un género romántico, para mí cada libro de ella es como leer algo totalmente nuevo y diferente. Tiene una forma de tocar tu ser sin que te des ni cuenta, porque sus palabras son muy profundas y los personajes muy reales y humanos. 

Ahora os hablaré un poco de los personajes principales. Por un lado tenemos a Leah, nuestra protagonista. Ella es una chica que ha perdido a las dos personas que más amaba en el mundo: sus padres. Es incapaz de seguir adelante y se queda atrás viendo la vida pasar en completo silencio. Cuando su hermano tiene que marcharse a Sídney por trabajo, Axel será el que le dé cobijo mientras tanto para que no tenga que estar sola en su duelo. Y a pesar de que el dolor persiste y la rompe cada vez más, Axel no parece dispuesto a dejarla seguir hundiéndose. Él buscará en ella todo lo necesario para que saque el dolor a la superficie y pueda respirar y vivir y amar una vez más. Con Leah he sentido muchísimo. Ver que pierde tantas cosas en un período tan corto de tiempo y como todo se cae en pedazos a su alrededor. Deja de hablar, de existir y de ser porque no se siente lo suficientemente valiente para hacerlo. Tiene miedo de avanzar y que el dolor de los recuerdos sea demasiado doloroso. Está rota en tantos aspectos que ni siquiera puede plasmarlo en arte, porque hasta eso le ha sido arrebatado. Es un personaje con luces y sombras e iremos viendo en su transcurso de superación todas las fases que debe pasar para empezar a sentir algo de color en su vida. Volver a estar con quienes quiere y la quieren, volver a escuchar esa canción que la rompía en pedazos, tratar de apreciar los colores otra vez y, sobre todo, darse la oportunidad de recuperar los sentimientos que siempre ha tenido hacia Axel. Una protagonista que crece y evoluciona por cada capítulo y que adoras de principio a fin, porque es inevitable y porque te transmite tanto que terminas comprendiéndola al cien por ciento. Por otro lado tenemos a Axel, nuestro protagonista. Él es un chico que siempre ha estado al lado de Leah. Es el mejor amigo de su hermano y una persona muy querida en su familia. Ambos estuvieron cerca del otro, a pesar de llevarse varios años. Sin embargo, cuando Leah empezó a crecer y volvió a verla al permitir que se hospede en su casa, Axel es incapaz de entender lo que siente. De ella ya no queda nada de la mujer que conoció, tan decidida, tan loca y tan viva. Por eso, y por culpa de su impaciencia, Axel se negará a tratarla como el resto, como si fuese un trozo de cristal al que no hay que tender una mano por si acaso se rompe. Decide tender esa cuerda que nadie se ha atrevido y ayudarla a plantar cara a todo lo que necesitaba. Cuando ella empiece a recuperar esos colores perdidos, Axel comprenderá que el arte reside en ella y que en su corazón empieza a no haber sitio para nadie más que su sonrisa. Es un personaje al que no he podido odiar a pesar de muchas cosas que suceden. No deja de ser un chico que siempre ha dejado claro quién es y cómo es, que nunca ha querido hacer ver a nadie una versión suya que no existe y el final de este libro no me ha parecido culpa suya. No puedo decir demasiado ya que creo que es algo que todos deben leer para entenderlo, pero después de todo lo que había leído sobre él me esperaba que lo que hacía sería otra cosa y quizá por eso no consigo entender qué ha hecho mal. ¿Cometió algún error? Sí, pero la culpa aquí es de alguien más y ese alguien es el mismo que no ha sido capaz de entender los sentimientos de dos personas que lo único que han hecho en esa vida es quererse y estar juntos.

En resumen, “Todo lo que nunca fuimos” es una novela llena de colores y matices en sus personajes. En cada capítulo he sentido la necesidad de abrazar a Leah para que no sufriese más y fuese feliz. Las acciones que hacen y cómo se desenvuelven los sentimientos ha conseguido calarme hondo, por cómo se transmite a partir del arte que tiene ella en las venas. Toca un tema muy importante sobre la superación cuando pierdes a los dos pilares que siempre han guiado tu vida. Lo duro que es seguir adelante y lo mucho que debes tropezar antes de empezar a vislumbrar algo de color. La pluma de Alice es mágica y no puedes dejar de leer, una vez más lo ha hecho y es que sus historias consiguen llenar tu corazón de mensajes que guardar por el resto de tu vida.

¡Y eso es todo mis pequeñas estrellas! Contadme, ¿habéis leído ya esta primera parte de una historia llena de lucha diaria? Si es así, decidme qué os ha parecido a vosotros en los comentarios. 

¡Nos vemos en la próxima reseña!




 









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