Andrea Longarela/ Editorial Crossbooks/ 448 páginas/ Juliette y las canciones perdidas/ Tapa blanda/ Comprar aquí
Juliette vive en un agujero. Se sienta en él y ve la vida pasar. No le gusta su trabajo. No tiene inquietudes. No recuerda lo que significa soñar. Y hace tiempo que renunció al amor. Pero, entonces, un hombre muere. Y todo cambia. De repente, se encuentra en un pequeño pueblo de casas de colores y su camino se cruza con el de otras personas que acabarán siendo imprescindibles para ella. Una anciana a la que le atormenta la tristeza de las flores, un niño sin voz que las roba, un hombre que ama los libros y las cosas brillantes con la misma intensidad, un pintor incapaz de acabar un cuadro… Todos ellos, junto a un puñado de cartas olvidadas, ayudarán a Juliette a entender que el amor existe y que es maravilloso en todas sus versiones.
¡Buenas mis queridas estrellas! La verdad es que las ganas que tenía de empezarme este libro de la autora, viendo todo lo que prometía, eran enormes. Los que me seguís mucho tiempo por aquí, en Goodreads o Instagram, sabéis lo mucho que me importan los libros capaces de captar emociones fuertes en sus personajes y sentía que este libro me daría eso en todos los sentidos de la palabra. Y es que aunque no ha sido mi favorito de la autora, ha sido una historia preciosa que me ha llegado profundamente al corazón.
"Juliette y las canciones perdidas" nos cuenta la historia de Juliette, una chica que vive sus días sin vivir realmente, simplemente viendo el tiempo pasar en una sucesión simple que no la llena nada. Hasta que un día la noticia del fallecimiento de su padre resuena en su existencia y eso, sumado a una herencia, la lleva a viajar hacia el hogar donde este vivió durante mucho tiempo. Allí encontrará unas cartas escondidas que le dará las respuestas que siempre había necesitado recibir y conocerá a una variedad interesante de vecinos que resonarán en su corazón. Una anciana que ama las flores con todo su ser, un niño que ha perdido su voz y roba dichas flores, un hombre que ama los libros y vive desprendiendo luz y un chico pintor que es incapaz de terminar sus cuadros por la oscuridad que lo asola... Todos ellos están rotos, hasta la propia Juliette, y quizá sea en ese nuevo lugar y en el viaje que ha emprendido, donde podrá descubrir al fin el verdadero significado del amor en todas sus formas.
Este es un libro que yo estaba deseando leer de una vez por todas, sobre todo al descubrir que tenía todo el material para convertirse en una historia que me conmoviese mucho e hiciera que se me ablandase el corazón en todos los sentidos posibles de la palabra. Y es que la magia que es capaz de hacer Andrea Longarela con cada uno de sus libros es increíble, porque te guste más o te guste menos, SIEMPRE te va a transmitir algo fuerte en algún momento.
La trama me ha encantado, pero porque ya iba preparada con lo que me iba a encontrar entre sus páginas. Poder leer una historia donde las emociones están tan presentes y el duelo personal se desarrolla por medio de un camino tan espinoso, me ha gustado mucho. No es un libro fácil para leer, porque tiene tantas emociones, tanto dolor acumulado, que siento que es una historia para leer en pequeñas dosis y asimilar cada uno de los trazos que se van formando. Todos los mensajes que deja son para analizarlos al detalle, porque os aseguro que, de una forma u otra, deja una enorme huella detrás.
Los personajes me han dolido en el alma. Cada uno de ellos, hasta los más secundarios, tienen tantas emociones escondidas en sus corazones por heridas que les han dejado, que he sentido una inmensa empatía por todos ellos. Me dolía ver cómo cada persona sobrellevaba un duelo o una superación personal, no solo los protagonistas, y que ese camino pedregoso los hacía unirse más entre ellos por tener esa herida común que te deja la vida. El romance no es perfecto, pero como dicen nuestros protagonistas es real, es humano... Y eso lo hace significativo y por eso me ha gustado tanto.
La pluma de la autora siempre es un completo acierto y es que da igual que luego la historia me guste más o me guste menos, siempre consigue calarme hondo en el corazón y hacer que sienta mil emociones distintas a través de sus libros. Y es que la narrativa de este libro tiene tanta vida, es capaz de transmitirte tanto con sus mensajes tan profundos y la manera en que está escrito, que es imposible no enamorarte de cada escena y sentir que todos sus personajes se van a quedar incrustados en tu corazón para siempre.
Ahora os hablaré un poco de los personajes principales.
Por un lado tenemos a Juliette, nuestra protagonista femenina. Ella es una chica que durante mucho tiempo ha vivido escondida en un agujero del que le es imposible salir. Su vida se basa en una monotonía a la que se ha acostumbrado y que se niega a soltar por miedo a lo que le pueda suceder al hacerlo. Un día, la noticia de que un famoso músico ha fallecido resuena en el mundo, especialmente en Juliette... Quien de un segundo a otro acaba de descubrir que su padre, ese hombre que jamás conoció, se ha desvanecido para siempre. Lo único que ha dejado en su lugar es una herencia desorbitada para ella y un hogar a las afueras de su vida actual, donde pueden hallarse mil respuestas a todas las dudas que ella siempre ha tenido. Así es como Juliette decide dar el salto y viajar a ese lugar, donde descubrirá una serie de cartas que su padre escribía sin intenciones de enviarlas... Cartas dirigidas a ella personalmente. También conocerá a varios vecinos que llenarán su vida de colores distintos y que hilarán sus destinos hasta hacerlos irrompibles. De pronto, todo lo que Juliette tenía seguro en su vida, ya no lo es todo, sobre todo cuando deba comprender qué encontró su padre en aquel lugar y, sobre todo, qué encontrará ella en su lugar ahora que está tan perdida. ¿Podrá hallar el amor en todas sus formas en aquel nuevo hogar?
Juliette es un personaje que me ha causado mucha empatía y la he querido un montón. A lo largo de su historia y de ir descubriendo lo que sentía, el duelo que debía enfrentar tras descubrir la muerte de su ausente padre y todas las secuelas que eso le deja encima, empaticé mucho con su crecimiento personal. No es fácil enterarte nuevamente de ese padre que te abandonó y menos aún hacerlo con su muerte. Ya no solo porque una parte de ti no puede evitar seguir anhelando su presencia, sino por las cuentas pendientes que quedan en el aire y que ya nunca van a poder resolverse. Verla caminar cada día y descubrir la verdad de su padre a través de unas cartas me rompió el alma, porque como le dicen todo el mundo, nadie merece vivir con la creencia de que ha sido una mala hija que no merece el amor de su padre. También he empatizado mucho con sus sentimientos y esa trayectoria que la ha hecho un personaje tan complejo y redondo. Tiene una forma tan humana de sentir, de ver el mundo y experimentar la pérdida en todas sus formas. Porque aquí no solo vemos la lucha de Juliette tras descubrir que su padre está muerto, sino que también vemos la lucha que debe afrontar de todo aquello a lo que no plantó cara en el pasado y que ahora le viene el doble de fuerte tras haber salido a la luz. El romance que hay en este libro y los sentimientos que Juliette siente hacia Mathis me han parecido muy humanos y viscerales, sobre todo porque se ve cómo ella siente esa atracción y a la vez intenta evitarla al saber que su miedo al abandono, ese que creció por culpa de su padre, está presente en cada interacción que tiene con el pintor que remueve su mundo. Lo mismo pasa con el resto de vecinos y personajes, con ellos empieza a formar esa familia que siempre deseó, pero el miedo a perderlos, a quererlos demasiado y que todo ello se rompa, la tiene aterrada y eso ha hecho más humano a su personaje, a la forma que tiene de afrontar un trauma tan horrible que le dejó el hombre que, desde el principio, debía amarla y permanecer a su lado como su padre.
Por otro lado tenemos a Mathis, nuestro protagonista masculino. De él no os puedo hablar demasiado ya que lo que os cuente puede ser considerado spoiler porque no tiene punto de vista. Así que os contaré un poco sobre él y mi opinión general del personaje.
Mathis es un personaje que en líneas generales te puede gustar más o menos, sobre todo cuando descubres las razones que hay detrás de su oscuridad. A mí me ha parecido algo muy humano, un error muy cruel y mezquino, pero que le ha dado una humanidad que pocas veces se atreven a darle otras autoras a sus personajes. Al final Mathis refleja una realidad y es ese sentimiento de envidia que llega a ti cuando crees que aquello que te hacía especial puede ser superado por otros. Hace que tu propio instinto actúe solo en propia defensa para proteger aquello que te importa y que amas... Incluso aunque a cambio de ello lo hagas de la manera equivocada. ¿Me enfadé con él y lo que hizo? Por supuesto que sí, pero al final como dicen en este libro, hay errores que cometes y que debes aprender a solventar día a día y no dejarlo estar. Demostrar que de verdad te arrepientes y quieres cambiar las cosas diariamente para no volver a ser la persona que un día fuiste. Obviamente esto es en referencia a errores "perdonables", no a situaciones horribles y que si alguien lo hace, para mí y bajo mi opinión, no merecen ni un poco de piedad. En el caso de Mathis, su error fue muy cruel, pero sí lo considero perdonable para aquellos que llegan en un futuro a su vida. Porque al final uno no vuelve a ser el mismo si de verdad pone empeño en cambiar. Porque no es algo imposible, no si estás dispuesto a ser mejor persona.
Y no puedo acabar esta reseña sin hacer un pequeño inciso al resto de personajes que, para mí, han significado tanto para la historia también y que le han dado vida a cada una de sus páginas.
Joséphine era demasiado tierna, de verdad os lo digo que no había momento que no saliera en que no pensase: "Dios, qué señora más entrañable y qué ganas de abrazarla y escucharla hablar durante horas de lo que sea". Su historia me conmovió mucho y hacía que quisiera protegerla en todos los aspectos posibles, evitar que sufriera más daño del que seguramente había vivido ya en su vida. Además ha sido el personaje que más ha ayudado a la protagonista a crecer y darse cuenta de las cosas que estaba haciendo y que solo eran un inmenso error.
Hugo y Pascal son mis protegidos y todo lo que está bien en este universo. El dolor tan grande que era leerlos y ver lo rotos que estaban por dentro, cómo la pérdida de alguien que amas puede afectarte tan fuerte que apenas puedas mantenerte en pie. Con Hugo sentí una empatía enorme al ver cómo se rompía con todo lo de su madre, su forma de sobrellevar el duelo... Y con Pascal sentí también mucha empatía y dolor, como alguien que siempre hizo lo posible por salir del pozo oscuro en el que estaba metido, se le rompía la vida entera en un solo segundo. Para mí fueron los que más me calaron hondo y a la vez a los que más cariño les he tomado.
Armand y Milo son mis protegidos y también otro par que lograron que sus historias me hicieran llorar y conmoverme como nadie. Armand me parece alguien tan fuerte, tan valiente pese a las veces que lo hicieron menos por culpa del qué dirán. He querido abrazarlo y hacerle saber que lo que le gusta, lo que haga y lo que sienta es válido y que nadie tiene derecho a decidir qué es normal. Porque en esta vida la normalidad es una estupidez, nadie es normal, porque todos somos especiales a nuestra manera. Con Milo sentí un cariño inmenso, porque los animales siempre me conmueven y ver la historia de este perrito que es ciego y que su destino se unió al de Armand cuando más se necesitaban me llegó al alma como ninguno otro.
En resumen, "Juliette y las canciones perdidas" es un libro que se te cuela entre las grietas de tu corazón y te deja sin aliento. Es un suspiro entrecortado al aire que te conmueve y hace temblar tu alma. Para mí es de esas historias que sabes que van a marcar un principio y un final en tu vida, porque independientemente de todo, solo lo hace más perfecto y especial. La trama me ha calado muy hondo y eso ha hecho que lo disfrutase más de lo esperado. Me hubiese gustado experimentar en su totalidad algunas emociones de los personajes secundarios en el final que fueran más allá de solo dos páginas, pero lejos de eso me ha encantado. Creo que la autora ha acertado mucho a la hora de reflejar el sentimiento de pérdida y cómo este puede afectar diferente a cada persona. Cada quién sobrelleva el duelo de una manera diferente y eso solo lo hace más humano y sincero. He conectado mucho con todo lo que sucedía en este libro y la manera en que cada mensaje del libro te enseña que aunque esa herida pueda permanecer siempre ahí, aprendes a vivir con ella, porque ningún dolor es para siempre y llega un momento que vuelves a sonreír. Los personajes me han enamorado en su totalidad, sobre todo los secundarios y su trayectoria junto a la protagonista. He querido abrazarlos a todos por la forma tan bonita en que se iba creando una familia entre ellas por ese punto de unión que los hacía ser quienes eran, personas heridas que, aunque pudieran estar rotas, volverían a encontrar la luz gracias al otro. Es tan bonito cuando encuentras un refugio en los brazos de esas personas que no te sueltan, sino que te demuestran que cada trazo tuyo, hasta el menos bonito, puede ser igual de hermoso. El romance también es muy sentido y eso me ha encantado, porque la autora nos muestra que el amor no tiene que ser perfecto, sino real, que te haga vibrar por dentro y ver infinidad de colores recorriéndote... Y eso es lo que ellos me han hecho sentir a mí. La pluma de la autora es preciosa y es que da igual si el libro que ella haga me gusta más o menos, este punto siempre va a ser igual en todos sus libros. Tiene una forma de transmitir tan profunda y sentida, que el corazón se me ablandaba a cada rato con su forma de transmitirlo de todo, de reflejar el amor, la pérdida, el dolor, la felicidad, el duelo, el miedo, las dudas... Tantas emociones y que se sintieran como miles de colores plasmados en un cuadro. Simplemente ha sido precioso y, como siempre digo cuando leo un libro de Andrea Longarela, qué bien escribe y qué placer es siempre internarme en una de sus historias.
¡Y eso es todo mis pequeñas estrellas! Contadme, ¿habéis leído ya esta novela? Si es así, decidme qué os ha parecido a vosotros en los comentarios.
¡Nos vemos en la próxima reseña!
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