Patricia Bonet/ Autopublicado/ 489 páginas/ La promesa de un nosotros [Vermont #4]/ Tapa blanda/ Comprar aquí
La vida de Brad cambió por completo en apenas cinco segundos. Ahora tiene que aprender a vivir con esos cambios, con las pesadillas y, sobre todo, con el dolor. TJ está rota, pero tiene que esforzarse en sonreír y ser esa chica que su madre y su hermana necesitan, porque en su vida no hay espacio para los débiles ni tampoco para las promesas vacías. Dos personas que están dañadas. Dos corazones heridos. Dos comienzos unidos. ¿Podrá Brad perdonar? ¿Podrá TJ volver a confiar en los demás?
¡Buenas mis queridas estrellas! Por fin he podido ponerme con el cuarto libro de esta saga que cada vez me va gustando un poco más. Por ahora mi favorito sigue siendo el tercero, pero no voy a negar que este cuarto me ha dejado el corazón blandito y que he querido abrazar a los personajes desde la primera página a la última por las injusticias que estaban soportando a cada minuto. Hasta ahora diría que este ha sido el libro más dramático de los cuatro, pero no por ello me ha gustado menos.
"La promesa de un nosotros" nos cuenta la historia de TJ y Brad, quienes están tan rotos que ya no son capaces de encajar las piezas de sus propias almas de nuevo. TJ intenta seguir adelante a pesar de que la situación en su casa no es fácil. Tener que anteponer la salud de su madre y la felicidad de su hermana pequeña no es sencillo, especialmente cuando la vida no deja de golpearlas sin parar una y otra vez. Brad sabe que los sueños son frágiles, especialmente cuando un accidente te lo arrebata todo en cuestión de segundos. Ahora intenta hacer lo que puede para que el dolor de dejar de hacer aquello que ama, y la certeza de que su vida ha cambiado radicalmente, no lo rompa del todo. Ninguno de los dos está preparado emocionalmente para vincularse a nadie, pero cuando los dos se conozcan, una chispa arderá entre ambos. Los dos saben que lo mejor es mantener las distancias antes de salir quemados... ¿Pero y si la promesa de un nosotros está latente y deben hacerle caso? ¿Y si por una vez, está bien atreverse a buscar ese más en los brazos del otro?
Este es un libro que forma parte de la saga "Vermont" como el cuarto de la historia. Cada uno se puede leer de forma independiente, aunque recomiendo que se lea en orden, ya que hay spoilers de las otras parejas en los siguientes libros. Para mí esta saga sigue teniendo ese aire a la saga Kiss Me de Elle Kennedy o la saga Again de Mona Kasten, pues la dinámica es la misma y el mensaje que deja en sus historias tiene un peso bastante similar.
La trama me ha gustado mucho y eso es que es la más dramática de los cuatro a mi parecer. Ya antes de empezar el libro sabes que por la parte de Brad va a ser duro y va a doler, sobre todo porque es un personaje que tiene mucho peso en los tres anteriores libros, pero no me imaginé que al igual que la parte de él iba a ser intensa, la de ella lo sería también. La historia deja unos mensajes muy potentes y me ha costado no emocionarme en algunos de ellos. No he podido enfadarme en ningún momento con los personajes, porque la autora ha sido capaz de que empatizase desde el inicio con ellos y su situación.
Los personajes se me han hecho muy entrañables aunque no sean mis favoritos de la saga (lo siento, pero ese lugar se lo llevaron Luke y Helena), y es que se tocan tantos temas profundos y se ahonda tanto en los temas familiares de ella y los de los sueños con él, que es muy complicado no emocionarse al leerlo. El romance es muy visceral, también me ha gustado que no fuera a toda velocidad, sino que se formase un slow burn entre ellos debido a la situación sentimental que acarreaban los dos debido a sus fantasmas. Personalmente, me ha gustado bastante el desarrollo de ambos.
La pluma de la autora me va gustando cada vez un poco más en cada libro. Creo que tiene una mejora constante y que lo que empezó haciendo en su primer libro, que para mi gusto le faltó profundidad y química entre los personajes, lo ha ido mejorando a lo largo de cada nuevo libro que sacaba. No negaré que quizá en este libro me faltó que se le diera un poco más de hincapié al desenlace final de los personajes y el conflicto de ella, pero fuera de eso lo he terminado disfrutando mucho.
Ahora os hablaré un poco de los personajes principales.
Por un lado tenemos a TJ, nuestra protagonista femenina. Ella es una chica que siempre ha intentado salir adelante de la mejor forma posible, pese a que la vida no deja de hacerla caer. Con su madre enferma y sobrellevando un cáncer que les arrebató la felicidad a todas en casa, y su hermana a la que debe proteger su felicidad para que no sea consciente de la crueldad de la situación, TJ siente que no puede mantenerse en pie. Lo único que la alivia es el peso de su mechero y los momentos donde se pierde en otro cuerpo para olvidar el dolor que lleva dentro. Para seguir respirando. Pero todo eso cambia cuando Brad llega a su vida como un vendaval al que es incapaz de ignorar. Aunque TJ sabe que no puede involucrarse con nadie, que ahora mismo su situación no le permite algo así, no puede negar el hilo que parece unirla con el exjugador de hockey, quien parece encerrar miles de fantasmas como ella. Y aunque está segura de que ninguno de los dos está dispuesto a dejarse llevar por esos sentimientos, la vida los sorprende al unirlos por medio de la lesión de Brad. Ahora TJ debe ayudarle con la rehabilitación y aunque le quiere muy lejos de su vida para que nunca pueda averiguar lo que esconde su corazón, es incapaz de refrenar el calor que le inunda el pecho ante la idea de poder ver sonreír a Brad aunque sea una vez. ¿Y ella? ¿Podrá soltar esos fantasmas que la asfixian antes de que terminen por controlarla?
TJ es un personaje que me ha sorprendido mucho y para bien, porque sinceramente no tenía ni idea de por dónde iba a tirar su evolución o el transfondo que cargaría a sus espaldas. Descubrirlo me ha generado una punzada en el corazón y el deseo constante de abrazarla para hacerle ver que no estaba sola sin importar lo que pasase. El dolor que lleva a cuestas es muy humano y creo que de todos es con el que más puedes llegar a empatizar a la hora de verlo como una situación que tú podrías vivir perfectamente. Todos hemos pasado por la crueldad de ver a alguien que amamos tener que sobrellevar una enfermedad tan desgraciada como lo es el cáncer. Ver día a día como su condición se deterioraba o mejoraba y la incertidumbre de no saber cómo iría el siguiente día. Encima, ya no solo eso, sino que TJ también tenía que sobrellevar el proteger a su hermana, hacerla lo menos consciente posible de la situación y hacerle creer que las cosas iban a mejorar. Porque lo que menos deseaba era romper la felicidad y la infancia de su hermana pequeña. Ver todo el sacrificio que daba día sí y día también, trabajando por todas partes para mantener a su familia y haciendo todo lo que pudiera y lo que no para cuidarlas y estar al lado de ambas, me conmovía mucho. Porque demostraba hasta qué punto amaba a las dos y lo mucho que luchaba para ser la fuerte de las tres. Los sentimientos que van formándose de ella a Brad me han encantado, porque ha sido muy slow burn tomando en cuenta la situación de ella. He empatizado mucho con las razones que la llevaban a alejarle y es que aunque había cosas que hacía o decía muy crueles, entendía el peso que la llevaba a actuar así, llevándome a empatizar mucho con su personaje.
Por otro lado tenemos a Brad, nuestro protagonista masculino. Él es un chico que sabe lo que es y lo que se siente cuando tu vida cambia de forma radical. La vida de Brad solo necesitó de cinco segundos para dejarlo en coma y otro pequeño periodo de tiempo para sorprenderle con la trágica noticia de que sus años de jugador de hockey peligran si no consigue recuperar la movilidad de su rodilla. El miedo a perder aquello que ama, a no volver a sentir la sensación de aire en su piel mientras juega o la sensación del hielo bajo sus pies, le aterra. Hace que no pueda analizar la situación y se encierre en una actitud hosca y agresiva. Ni siquiera sabe cuándo fue la última vez que sonrió a alguien o que se mostró ilusionado por algo. Su vida ha cambiado para siempre, y ya no solo por el hockey, sino también porque la chica que creyó amar ya no le quiere a él, sino a su primo. ¿Cómo se sobrellevan tantas emociones y malas noticias juntas sin colapsar del todo? Por eso cuando TJ aparece en su vida de una forma radical y le reta como nadie lo ha hecho antes, Brad siente rabia e impotencia, pero también una curiosidad y una atracción por la chica que no le permite pensar con lógica. Sigue aterrado y el hecho de quedarse atrás le está volviendo loco... Pero cuando está con TJ, de alguna forma, ya no se siente solo, ya no percibe la asfixia de la situación ahogándolo a cada segundo. ¿Y si la respuesta a sus problemas se encuentra en esa preciosa chica que parece negada a que él se acerque? ¿Y si todo lo que necesita es confiar por una vez en alguien y solo dejarse llevar?
Brad es un personaje que desde el primer libro, cuando lo conocí gracias a su relación con Chelsea y Scott, sabía que me iba a doler de una forma u de otra. Era consciente de que cuando le diesen su protagonismo, iba a empatizar con su estilo de vida y todo lo que había perdido en una franja tan corta de tiempo. Me dolió ver cómo de un momento a otro pasaba a perderlo todo, a la chica que quería, a su primo, su sueño, su felicidad... Eran tantas losas sobre su espalda que lo único que sentía era el deseo de cargar alguna de ellas para que no sufriera tanto, para que el peso no fuera tan insoportable y pudiera manejarlo un poco mejor. Creo sinceramente que es un muy buen personaje, aunque no sea mi favorito de los cuatro (Luke le gana por bastante para mí), pero es evidente que es una dulzura de persona y que solo merecía encontrar la felicidad de una vez por todas, que ya bastante se cebó la vida con él. Aun así, sí que voy a reconocer que tengo alguna que otra pequeña pega con él y es que me ha faltado un poco más de profundidad en su día a día tras haber tomado la decisión final que tomó. Me ha faltado un poco más de su camino, pues en cierto punto dejan de centrarse tanto en él y le dan todo el protagonismo a TJ. Así que quizá ese punto me impidió emocionarme todo lo que me gustaría con el resultado final de su condición y vivirlo al cien por ciento para darle el cierre perfecto a su personaje. Sus sentimientos hacia TJ son una cucada, aunque al principio me preocupaba que fueran muy instalove, luego me di cuenta de que no, de que se sentían atraídos por el otro, pero el amor surgió según iban descubriéndose poco a poco. Así que el estilo de amor que Brad le da a ella y toda su comprensión, su dulzura y la paciencia que tiene a cada segundo, me ha hecho cogerle un cariño inmenso.
En resumen, "La promesa de un nosotros" es el cuarto libro de una saga que me ha ido sorprendiendo libro a libro, ya que mientras que el primero me gustó pero me faltó mucho para encantarme, el segundo dio un salto más interesante y el tercero fue una bomba de emociones que amé. Con este cuarto, aunque no haya sido mi favorito, sí que ha mantenido la línea de gustarme mucho y eso que es un libro mucho más emocional que los anteriores, y más profundo en cuanto a mensajes. La trama no es sencilla, ya os digo yo que todo lo divertido que igual podía tener el tercero, se pierde en el cuarto para darle un toque más adulto, más doloroso y dejar ciertos mensajes potentes con los que puedes empatizar bastante, ya que todos hemos vivido la situación de TJ en carne propia. He querido entrar al libro y abrazar a los protagonistas, porque la situación que vivían no es NADA fácil. Es una gran injusticia y yo he estado todo el libro con un nudo en el corazón y la certeza de que, aunque no fuera a ser mi favorito, sí que me iba a calar hondo. Mi única pega para este punto es que quizá me faltó algo más de profundidad y de extensión al desenlace final, ya que para mi gusto se resumió un poco demasiado. Los personajes son maravillosos y los he querido mucho, aunque también me han hecho sufrir como una condenada. Me he pasado todo el libro con un nudo en el corazón, porque de verdad pensaba que a veces la situación es muy injusta para muchas personas y cuando creemos que la vida nos puede estar dando algo de tregua, llega algo nuevo que nos hunde otra vez. Aun así, creo que la evolución de ambos personajes es preciosa, tiene un golpe fuerte de hacernos ver que hasta en los días más difícil siempre se puede volver a sonreír. El romance es precioso, además es muy lento, un slow burn en toda regla, porque aunque hay atracción, el romance llega muchísimo más tarde. He adorado la forma en que se iban conociendo, como pasaban a ser amigos, a ser confidentes y finalmente a verse como algo más y he adorado la manera tan bonita que tenían de verse mutuamente. Encontrando en el otro la luz que los ayudaba a guiarse en medio de la oscuridad donde habitaban sus fantasmas personales. La pluma de la autora ha vuelto a mejorar y yo solo puedo seguir admirándola por lo bien que lo hace y los saltos narrativos que va dando a cada libro que saca. Me encanta que la evolución que veo del primer libro a este sea tan grande, porque aquí he sentido muchas emociones, mucho dolor y una conexión brutal con los personajes que el primero no me dio del todo. Así que sí, aunque quizá le queda mejorar algunos detalles como extenderse más en los momentos clave, siento y me atrevo a decir que es una autora con un gran potencial que puede llegar muy lejos al ritmo que va.
¡Y eso es todo mis pequeñas estrellas! Contadme, ¿habéis leído ya esta novela? Si es así, decidme qué os ha parecido a vosotros en los comentarios.
¡Nos vemos en la próxima reseña!
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