Tamara Molina/ Editorial Contraluz/ 536 páginas/ Cuando te atrevas a sentir/ Tapa blanda/ Comprar aquí
NAILA ES UNA FRACASADA.Mientras todo el mundo progresa en la vida, ella ha perdido la esperanza de encontrarle un sentido a la suya. Deambula sin rumbo, sin una vocación que la guíe. Se considera una persona por definir, construida a medias, y cree que no es lo suficientemente buena en nada.BRUNO NUNCA FRACASA.Siempre ha tenido muy claro su objetivo: un trabajo cómodo, estable y bien remunerado. Tras mucho esfuerzo, ha logrado lo que deseaba, pero la meta no tiene nada que ver con lo que esperaba. Aun así, abandonar lo que tanto le ha costado conseguir lo haría sentir como un completo perdedor.A veces, para encontrarse en un laberinto lo mejor es perderse.Cuando las vidas de Naila y Bruno se entrelazan de manera inesperada, todo aquello que creían ser se desmorona. Atreverse a sentir significa compartir con el otro esas partes de sí mismos que evitan mostrar al resto. Puede que la solución sea dejarlas salir, o puede que esta sea la razón por la que todo se venga abajo.Cuando los sueños se marchitan por el camino,
¡Buenas mis queridas estrellas! La verdad es que desde que salió este libro tenía mucha curiosidad de leerlo y ver lo que me iba a encontrar entre sus páginas. Y aunque no ha sido el libro de mi vida ni mi favorito del género, he de decir que para ser la primera vez que leo a Tamara Molina, ha sido un descubrimiento bastante bonito. No negaré que quizá me habría gustado ver un poco más del trayecto final, ver un desenlace un poco más desarrollado de los dos y qué pasó después de ello por unos capítulos más, pero en general lo he disfrutado y ha sido un libro bonito de leer.
"Cuando te atrevas a sentir" nos cuenta la historia de Naila y Bruno, dos desconocidos que tienen más en común de lo que podrían llegar a imaginar. Naila se siente una fracasada en su propia vida. Da igual lo que haga o piense, siente que nada de lo que ha hecho es suficiente y que no hay ningún lugar al que pueda estar a la altura. Se siente una decepción constante para todo el mundo y su mayor miedo es no encontrarse nunca en su propia piel. Bruno ha vivido toda su vida siguiendo una línea recta en todas sus decisiones y eso lo ha llevado a su trabajo actual, que aunque no lo odia, tampoco lo llena como habría esperado. Ninguno de los dos sabe cómo encontrarse. Naila quiere dejar de sentirse insuficiente. Bruno solo quiere encontrar el valor de dar el salto. Cuando ambos se conocen por casualidades de la vida, ninguno de los se espera que encontrarán en el otro la seguridad y el refugio que la vida exterior no les aporta. Y aunque quieren negarlo, los sentimientos no tardan en hacerse partícipe de sus corazones. Pero, ¿qué ocurre cuando dos corazones rotos e incompletos tratan de seguir adelante cuando aún no han afrontado el camino que les espera de frente?
Este es un libro que tenía en mi punto de mira desde que salió hace poco y la verdad es que pintaba una de estas historias que te hace reflexionar desde la primera página y analizar todo lo que van experimentando sus personajes. Es mi primera toma de contacto con la autora y lo cierto es que me ha gustado, siento que Tamara tiene un estilo bonito y fresco que ayuda a que el drama del libro no se te haga muy pesado de leer. Aunque no es un libro que se haya convertido en mi favorito del género, creo que ha sido un descubrimiento interesante que me ha animado a leer más de su autora y de todo lo que pueda esconder sus próximos libros.
La trama ha sido más interesante de lo que me creía y eso que al ser una historia romántica creía que iba a ser algo más tranquilo, con su toque de drama, pero sin mucha complejidad. Pero al final sí que se han abordado temas realistas que sufren muchas personas y que creo que es bueno darle visibilidad. Porque aunque parezca que no, a veces estas cosas ayudan a que otras personas se encuentren junto a los personajes. Todo el tema laboral, lo complejo que es sentir que no encajas en un lugar pero tener miedo de soltarte de la seguridad que este te da. Las inseguridades hacia ti mismx, creer que no eres suficiente para nada ni nadie, que no tienes nada que aportar porque estás vacix por completo. Creo que la forma en que lo ha desarrollado la autora ha sido un completo acierto.
Los personajes me han gustado más de lo que esperaba y eso que al principio tuve ciertas reticencias por cómo iniciaba el libro. Pero cuando empieza a desarrollarse una relación entre los dos es cuando la evolución de los dos me resultó muy interesante. Me gustaba la forma en que la autora te habla de Naila y su miedo a no ser suficiente en nada. Me sentí muy identificada con ella, con ese miedo constante a no querer decir las cosas por miedo a ser una molestia, no querer expresar tu tristeza o tus inseguridades por si los demás te miran mal debido a ello. Y con Bruno también he empatizado más de lo esperado, especialmente por su miedo a dar el salto, a dejarse ir de lo seguro y atreverse un poco más a hacer algo que no tenga planeado al dedillo. El romance también me ha gustado mucho, aunque al principio no me estaba convenciendo, según avanzan los conflictos y las interacciones de ambos me fue gustando más la conexión que se formaba entre ellos y lo real que se sentía.
La pluma de la autora es mi primera toma de contacto y eso que había escuchado maravillas de ella y su manera tan tierna y profunda de escribir. Por eso quería leerla en un momento donde buscase uno de esos libros que te hagan reflexionar bastante, como son los libros de Alice Kellen o los de Andrea Longarela. Y aunque sí que es verdad que quizá me ha faltado un poquito más de profundidad en algunos aspectos, creo que el estilo de la autora es bastante bonito y entrañable, una historia que no pasa desapercibido por tu vida. También me gusta que haya ahondado en temas que he leído pocas veces en un libro, como es la insatisfacción laboral o las repercusiones que genera en uno cuando sientes que no estás a la altura de nada de lo que te propones.
Ahora os hablaré un poco de los personajes principales.
Por un lado tenemos a Naila, nuestra protagonista femenina. Ella es una chica que desde que tiene uso de razón se ha perdido en mitad del camino y ya no sabe cómo volver a encontrarse. Lo único que puede pensar cada día que pasa es el hecho de sentirse insuficiente en todo lo que hace, nada la llena, nada la motiva y ni siquiera las relaciones que ha experimentado han sido lo que esperaba, pues al final siempre ha sentido que era una decepción para todas ellas. Es entonces que tras una aventura de una noche conoce a Bruno, el compañero de piso del chico con el que se acaba de acostar y una persona a la que no deja de encontrarse una y otra vez. Por razones que no entiende, él parece ser el único que es capaz de ver más allá de su fachada, de la sonrisa que intenta ocultar todo el dolor y el vacío que la invade por dentro. Y también se acaba convirtiendo en el chico capaz de comprenderla y escucharla como nadie lo ha hecho jamás. Es inevitable que los sentimientos no surjan, a pesar de que ninguno de los dos está todavía completo por todas las inseguridades que los llenan. Y aunque intentan mantenerse a flote y confiar en el otro, cuando sus miedos sean demasiado fuertes para seguir ignorándolos, ambos tendrán que afrontar una realidad desoladora: ¿se puede construir una vida completa cuando se huye de aquello que no queremos enfrentar por miedo a lo que pueda suceder?
Naila es un personaje que me ha gustado más de lo que me imaginaba y es que todo su transfondo y los miedos que la invadían me ha hecho sentir muy identificada con ella. He conectado con sus inseguridades, porque al igual que ella yo también he llegado a sentirme muy insignificante en todos los aspectos. Ya no solo creer que pueda ser una molestia en la vida de los demás, sino no tener claro qué es lo que quiero hacer en mi día a día. Tener miedo de que lo que realmente me guste no consiga estar a la altura de ello y lo pierda en el camino. A veces no nos damos cuenta de las miles de exigencias que nos ponemos a nosotros mismos, lo difícil que es estar en nuestra cabeza cuando no somos capaces de ver más allá de la parte negativa de las cosas. Nos ofuscamos en creer que no aportamos nada necesario en la vida de los demás, que todos los errores son nuestros mientras que los demás lo hacen todo perfecto, pero si lo pensamos seriamente: ¿acaso no somos todos imperfectos en un sentido bonito de la palabra? No es una competición, no tenemos que llegar los primeros a la meta ni alcanzar todos nuestros objetivos a una edad concreta. Puedes tener cuarenta años y creer que aun te quedan muchas cosas por cumplir. Pero es algo normal, los sueños nunca dejan de existir, nunca dejan de llegar, porque siempre habrá algo que desees alcanzar o conseguir. Creo que la autora tuvo un gran acierto en la evolución de Naila y eso me ha permitido conectar con ella a un nivel más profundo y especial, haciendo que le tome mucho cariño a toda su trayectoria.
Por otro lado tenemos a Bruno, nuestro protagonista masculino. Él es un chico que siempre ha tenido los objetivos fijos y firmes desde que tiene uso de razón. Jamás ha fallado en lo que hace, pues su camino ha sido siempre una línea recta que no ha tenido baches ni obstáculos que lo entorpecieran. El problema está en que Bruno ha alcanzado su meta en el trabajo donde lleva ya un tiempo y aunque ha querido ignorarlo, ahora el sentimiento es tan grande que lo cubre todo en su interior. Y es que no se siente satisfecho en su trabajo. Haga lo que haga, nada lo llena y solo siente que a cada encargo que debe hacer más perdido se encuentra. Pero aunque no se siente bien en donde se encuentra, Bruno no quiere fracasar, no quiere experimentar el vértigo de dejarlo todo y volver a empezar, pues dar ese salto puede provocar demasiada incertidumbre para alguien que siempre ha seguido las cosas de forma cuadriculada. Es entonces cuando conoce a Naila, una de las chicas que se ha acostado con su compañero de piso y a la que encuentra en unas circunstancias de lo más comprometedoras. Y aunque Bruno nunca ha tenido el menor interés en conocer más a fondo a otra persona, con Naila siente algo que nunca había experimentado antes. Le interesan sus problemas, sus logros, sus miedos, su emociones... Y de alguna forma se siente reflejado en ella, en el miedo de sentirse tan perdido que ya no sepa cómo encontrarse de nuevo. Por eso cuando los sentimientos entre ambos ya no tengan remedio, Bruno tendrá que preguntarse a sí mismo si el amor hacia ella será suficiente para ignorar el vacío que ha sentido siempre. ¿O es posible que sus miedos sean demasiado fuertes para encontrar un final feliz con ella?
Bruno es un personaje que al principio creí que no me iba a gustar. No porque tuviera algo en concreto que no me gustase, en este caso era por el inicio del libro que no terminaba de llamarme la atención en general. Sin embargo, según fui descubriendo las capas que había debajo de su piel, entendí mejor cada uno de sus sentimientos y lo que realmente se ocultaba en su interior. Y no mentiré, he empatizado muchísimo con él, quizá no tanto como con Naila, pero sí he llegado a comprender sus emociones y lo que estaba experimentando. Cuando tienes una vida tan fija, donde ni una sola vez te has salido de la línea que estableces hacia tus objetivos, es normal que a la larga te sientas insatisfecho, vacío, como si algo no terminara de encajar. Y es que Bruno ha llevado tanto tiempo una vida cuadriculada, sin arriesgarse en nada que no sea ir a lo seguro o a lo que sus padres esperaban de él, que inevitablemente esas acciones terminaron teniendo las consecuencias que hubo en el libro sobre él. El padre la verdad que no me gustó nada y me alegro de que la autora no intentase que empatizase con él. Creo que era demasiado recto y estricto y que metió mucha presión en su hijo desde muy pequeño. Todavía alucino un poco con la escena del peluche y que el padre se lo quitase para que dejase de dormir con él cuando era niño (me parece la mayor estupidez de la historia, la verdad). No me extraña que Bruno haya creído que la vida debe seguirse de esa forma estricta y que el fallar es un total fracaso, pues visto lo visto su padre apuntaba a ser alguien con ideas muy rígidas. Me ha gustado su evolución al igual que la de Naila y he llegado a sentir hasta orgullo de verlo superar esos baches para poder alcanzar lo que realmente quería hacer en su vida, sin seguir limitando sus acciones a contentar a su padre.
En resumen, "Cuando te atrevas a sentir" es un libro que tenía mucha curiosidad de leer, sobre todo por las opiniones tan positivas que había leído sobre la autora y el hecho de que nunca me había animado a leer algo suyo hasta ahora. Sé que tiene algunos libros más antes de este, pero me daba curiosidad la historia que se contaba aquí y como iba a manejar la parte emocional por lo que estaban experimentando sus personajes. Y aunque no ha sido la historia de mi vida ni tampoco mi libro favorito dentro del género, he de deciros que para ser la primera vez que leo Tamara, ha sido una historia bastante entrañable y que no creo que deje indiferente a nadie. Especialmente por lo mucho que puedes conectar con la vida de los protagonistas. La trama es interesante, especialmente porque pocas veces he leído en un libro que uno de los mayores dilemas que tienen los protagonistas es todo el tema laboral. Me ha gustado ver dos puntos diferentes en ese sentido, que cada uno tenga una brecha que los separa de sus ansiados sueños y objetivos, creándolo de una manera realista y no demasiado exagerada como podría ser el caso de otros libros que me he leído. Siento que la autora le ha dado mucho sentimiento y mucho peso a la parte realista de la historia, que no lo ha dejado en un aspecto demasiado fantasioso y dejándose llevar por lo romántico, sino que ha creado un conflicto real y un desenlace real en dichas circunstancias. Los personajes tampoco se quedan atrás y es que la verdad es que me han parecido muy humanos y muy reales en todo momento. Naila es con la que más he conectado, pero porque he pasado por muchas emociones que tiene ella. Sentirte a medias, que no te motiva nada, que sientes ser una molestia para los demás y alguien insuficiente en el amor y en la vida en general. Y Bruno también me ha gustado mucho según avanzaba el libro, ver su miedo al fracaso, como la opinión de su padre y el miedo a ser un fracaso o una decepción para él ha influido a tal punto que teme no estar a la altura y sentirse un desagradecido por no querer seguir en su actual trabajo. Son dos circunstancias muy realistas, en la que ya os digo que es muy difícil que al leerlo no te sientas identificadx, porque creo que todos hemos pasado por un momento así donde te sientes perdidx e insuficiente en todo lo que haces. El romance me ha parecido bonito y de hecho hasta realista, aunque al principio no estaba convenciendo, una vez que empiezan a estar juntos me encantó la trayectoria que dio la autora y la humanidad y realismo que le dio a la circunstancia de ambos tomando en cuenta sus propios conflictos internos. La pluma de la autora me ha gustado mucho para ser la primera vez que la leo, creo que tiene un estilo muy fresco de leer y que sus mensajes son valiosos e importantes a tener en cuenta. No negaré que quizá me faltó algunos detalles, algo más de profundidad en ciertos momentos clave o ver un poco más del desenlace, ya que siento que se acaba de forma abrupta y que no habría quedado mal un poco más de ello. Aun así, la narrativa ha sido muy bonita y si buscáis un libro con conflictos reales, trayectorias humanas y alejadas del esquema de libro donde todo se resuelve por el poder del amor, este es sin duda vuestro libro.
¡Y eso es todo mis pequeñas estrellas! Contadme, ¿habéis leído ya esta novela? Si es así, decidme qué os ha parecido a vosotros en los comentarios.
¡Nos vemos en la próxima reseña!












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