María Martínez/ Editorial Titania/ 448 páginas/ Desafiando las normas [Cruzando los límites #3]/ Tapa blanda/ Comprar aquí
A veces, el camino que más temes es el que te lleva a casa. Un solo segundo basta para cambiar toda una vida. Spencer lo sabe muy bien. Su pasado está lleno de pérdidas que la han ido marcando desde muy niña. Aunque nunca imaginó que la más trágica de todas ellas llegaría en el mismo instante que su camino se cruzó con el del chico equivocado. Han transcurrido casi tres años desde ese fatídico encuentro. Tres años en los que ha intentando recomponerse, dejando atrás a la chica que una vez fue y de la que tanto se avergüenza. Y por fin cree haberlo conseguido. Eric necesita pasar página. Quiere empezar de nuevo, cerca de su familia, y olvidar todas las mentiras con las que ha crecido. Sin embargo, cuando te has pasado la vida yendo de un lado a otro sin descanso, establecerse puede resultar mucho más difícil de lo que en un principio parecía. Y él no deja de pensar que su lugar está en alguna otra parte muy lejos de Port Pleasant. Spencer y Eric encajan como dos mitades. Ella está rota de muchas formas distintas y no permite que nadie se le acerque demasiado. Él tiene problemas que no está dispuesto a admitir y lo que más teme es lo que más desea. Aun así, pronto se darán cuenta de que no pueden estar lejos el uno del otro. Y lo que comienza siendo una amistad, se irá transformando en otro sentimiento mucho más intenso, incapaz de engañar al corazón. Un alma perdida. Un corazón roto. A veces, la persona que menos esperas se acaba convirtiendo en la más importante de tu vida.
¡Buenas mis queridas estrellas! Con este libro finalizo otra historia más de esta autora y también concluyo mi veredicto de que este ha sido mi favorito de la trilogía con gran diferencia. Aunque sigue notándose que es de los primeros libros de ella, sí que percibo un poco más a la María Martínez que conozco ahora y esa esencia dulce y mágica con la que crea a sus personajes.
"Desafiando las normas" nos cuenta la historia de Spencer, una chica que vivió toda su vida con la falta del amor que nunca le brindaron. Eso hizo que su vida se desestabilizase durante muchos años hasta que se empezó a encontrar a sí misma y decidió que solo ella sería la dueña de su propia vida, la única en quererse. Eric trata de seguir adelante luego de que lo suyo con Cassie no funcionara y la realidad de su pasado lo golpease con fuerza. Sabe que su vida nunca ha sido estable y teme que de un momento a otro la necesidad de huir lejos regrese a su corazón. Ambos se conocen cuando menos se esperaban y aunque hay muchas razones para alejarse y evitarse el revivir otra vez el daño de amar, no quieren negarse el volver a sentirlo. Spencer y Eric son más parecidos de lo que pensaban y quizá no es demasiado tarde para desafiar las normas que han autoimpuesto en sus vidas. ¿Lograrán cruzar la barrera y amarse sin reservas?
Este es un libro que para ser de los primeros de la autora me ha gustado mucho. Transmite esa esencia que se conoce en el presente de ella y esa manera tan suya de hacer que los personajes se calen dentro de tu corazón hasta dejarte muy blandita. Obviamente tiene detalles que me han faltado de profundidad o de los mensajes que trata, pero fuera de eso me ha gustado mucho.
La trama es la que más me ha gustado de las tres, porque refleja esa sanación personal con el otro, ese enfrentar los miedos o descubrir juntos aquellas partes incompletas de nosotros mismos que no hemos sabido sanar en su momento. Me ha gustado ver la sensación de hogar que me ha transmitido este libro y como el romance fluye sin forzarse ni obligar a los personajes a cambiar para meterle un drama absurdo.
Los personajes son mis favoritos con gran diferencia. La forma en que se ayudan mutuamente o la manera tan bonita en la que se conocen o van enamorando. No corren en ningún momento sino que todo fluye con esa química que demuestra que no existen dos personas más perfectas para el otro que estos dos. Me han dado ganas de abrazarlos en muchas ocasiones y también he comprendido muy bien sus motivos para tener miedo o dudas sobre lo que se iba creando entre ellos.
La pluma de la autora ha mostrado un poco más la esencia de lo que María Martínez escribe a día de hoy, esa manera suya tan dulce de transmitir a los personajes con sus más y sus menos y esa capacidad de que veas en ellos la mayor química posible.
Ahora os hablaré un poco de los personajes principales.
Por un lado tenemos a Spencer, nuestra protagonista femenina. Ella es una chica que durante toda su vida desde la más tierna infancia, vivió con una inmensa carencia de amor. Tras perder a su madre viéndola marchar, crece con la única certeza de que no es feliz, de que aunque sabe que tiene a sus dos mejores amigos al lado, estos han empezado a rehacer su vida mientras ella sigue estancada en el mismo punto de salida. Con el tiempo ha aprendido que la única que puede quererla es ella misma, que solo debe contar consigo misma para evitar volver a sufrir el abandono de alguien querido o sufrir de nuevo por enamorarse. Lo que nadie le avisó es que Eric llegaría a su vida, un chico totalmente opuesto a lo que nunca había visto en alguien antes. Con una personalidad arrolladora y alocada, él va entrando en su vida poco a poco, demostrándole a Spencer que quizá no es demasiado tarde para abrirle las puertas al amor y ver qué sucede. La cosa es, ¿está preparada para hacerlo?
Spencer es un personaje que me ha maravillado desde la primera hasta la última página. Al igual que me pasó con Eric, Spencer es mi favorita de las tres chicas y a su vez la que más ha sufrido a nivel emocional. Os juro que mientras leía tenía un nudo en la garganta por todo lo que ya desde niña tuvo que sufrir para salir adelante. Es imposible no comprender el por qué de sus miedos, lo que la aterra volver a ser vulnerable ante alguien y darle el poder de lastimarla. Ver como quiere llevar el control de todo para que de esa forma nadie se crea con el derecho de romperla otra vez. Para no perderse a sí misma de nuevo. Y sus sentimientos por Eric..., os juro que no me ha podido parecer más bonito. Ese miedo visceral a equivocarse, pero que al mismo tiempo sus emociones hacia ese precioso chico que la mira como nadie lo ha hecho antes es más fuerte que sus miedos. Como quiere estar a su lado y conocerlo, como se hacen amigos y confidentes, el apoyo del otro en los peores momentos. De verdad que no he podido quererla más por todo lo que transmite, por cómo a pesar de las dudas, demuestra ser la chica perfecta para Eric al igual que él es el chico perfecto para ella.
Por otro lado tenemos a Eric, nuestro protagonista masculino. Él es un chico que luego de haber asumido la pérdida de Cassie y la marcha de su madre, tiene que seguir adelante y aceptar todo lo que la vida le ha arrebatado. Ahora Eric avanza en una vida que siempre creyó odiar por cómo su madre lo condicionó desde pequeño y tiene que hacerse a la idea de que aquello, lo que le rodea, es lo más bonito que le ha pasado en la vida. Lo único que le asusta es que un día ese instinto que su madre dejó en él de huir pueda aparecer y acabe dejándolo todo atrás. Todo eso cambia el día que conoce a Spencer, la mejor amiga de Tyler y Caleb y la camarera del local que tanto visitan en su tiempo libre. Eric jamás imaginó que una chica pudiera intrigarle tanto a la vez que sorprenderlo y Spencer logra que todas esas defensas que alguna vez tuvo vayan cayendo una a una hasta convertirlo en una persona capaz de cualquier cosa. Sin embargo, nadie le dijo que eso fuera sencillo, no cuando su corazón jamás ha sentido un amor profundo antes y es que nadie le enseñó ese sentimiento y ahora, lentamente, con Spencer va a comprender qué tan poderoso es este. ¿Podrá darse cuenta de esos sentimientos a tiempo?
Eric es un personaje que se me ha quedado muy incrustado en la piel. Tenía miedo de que lo que había visto en el segundo libro se lo cargasen en este haciéndolo de pronto un chico malo e idiota, pero muy lejos de la realidad. De los tres chicos, Eric es el más maduro con diferencia y encima el más bonito. Si os ha pasado como a mí que Tyler y Caleb se os atragantaba, con Eric no os va a suceder. Todo lo que hace este hombre es de lo más bonito del mundo, la forma en que le muestra a Spencer que ella es preciosa, con o sin cicatrices, que ninguna de ellas es algo malo, sino que es parte de ella, que las muestre con orgullo como la guerrera que es y, no os mentiré, yo también me he enamorado de Eric. Además que todo el drama que fluye entre ellos va con mucho sentido por la carga de pasados que llevan encima y Eric me ha dolido en el alma porque era imposible no comprenderlo, no entender que él no había sentido hasta ahora lo que siente por Spencer y el miedo a no saber describirlo. A no saber ponerle un nombre por miedo a darle a ella algo que no es la realidad. Sin duda, mi chico favorito de esta trilogía y con mucha diferencia.
En resumen, "Desafiando las normas" es un libro que concluye este pequeño mundo con la mejor pareja de toda la trilogía. La trama me ha parecido una preciosidad, sobre todo porque los mensajes que deja a su paso los veo muy necesarios para comprender que muchas veces cuando algo nos rompe tanto, cuesta demasiado salir a la superficie. Me ha gustado ver la capacidad en la que los personajes se van escuchando mutuamente, como el romance fluye solo y no lo mezclan con toxicidad o drama innecesario. Siento que la capacidad en la que esta pareja va creciendo me recuerda más a la María Martínez que leo actualmente, la que consigue estremecerse con un solo párrafo. Los personajes me han encantado, creo que con diferencia son los que más he sentido en la piel de esta trilogía, pero por todo lo que sufren y sienten desde el principio al final. Me ha dolido en el alma darme cuenta de toda la carga que llevaban dentro y como se sanaban juntos sin esperar nada a cambio. Como si hubieran nacido para encontrarse. Sin duda son los que más química tienen de las tres parejas y, a su vez, los que más blandita me han dejado. La pluma de la autora mantiene esa esencia amena que tanto me gusta y que encima ayuda a que sus libros te vuelen de las manos. Aquí he visto más esos retazos que me recuerdan a la autora de ahora, el cómo escribe y me ha calado hondo su manera de transmitir cada una de esas emociones.
¡Y eso es todo mis pequeñas estrellas! Contadme, ¿habéis leído ya esta novela? Si es así, decidme qué os ha parecido a vosotros en los comentarios.
¡Nos vemos en la próxima reseña!
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