Brandon Sanderson/ Editorial Nova/ 1408 páginas/ Viento y verdad [El Archivo de las Tormentas #5]/ Tapa dura/ Comprar aquí
Dalinar Kholin desafió al malvado dios Odium a un duelo de campeones en el que se decidirá el futuro de Roshar. Los Caballeros Radiantes solo tienen diez días para prepararse... y la repentina ascensión del taimado e implacable Taravangian al puesto de Odium lo ha sumido todo en una tremenda confusión.La lucha desesperada prosigue simultáneamente a lo largo y ancho del mundo: Adolin en Azimir, Sigzil y Venli en las Llanuras Quebradas y Jasnah en Ciudad Thaylen. El exasesino Seth deberá purgar Shinovar, su tierra natal, de la oscura influencia de los Deshechos. Lo acompaña Kaladin, que afronta una nueva batalla ayudando a Szeth a combatir sus propios demonios... y tendrá que hacer lo mismo con Ishar, el demente Heraldo del Todopoderoso.Al mismo tiempo, Shallan, Renarin y Rlain se esfuerzan en desentrañar el misterio que hay tras la Deshecha Ba-Ado-Mishram, el de qué papel tuvo en la esclavización de la especie cantora y en el hecho de que los antiguos Caballeros Radiantes mataran a sus spren. Y Dalinar y Navani buscan una ventaja contra el campeón de Odium que solo puede hallarse en el Reino Espiritual, donde el recuerdo y la posibilidad se combinan en el caos. El destino de todo el Cosmere pende de un hilo.
¡Buenas mis queridas estrellas! ¿Cómo se empieza una reseña de un libro que te ha hecho sentir lo inimaginable y que sabes que nunca vas a ser capaz de olvidarlo? Porque llevo varios minutos mirando el "fin" del libro y tratanto de asimilar que se ha acabado, que no hay más hasta saber cuándo y que me toca esperar a que salgan los cinco libros que conforman la segunda parte y el final de esta maravillosa historia. Pero ya os digo desde ya que esta primera me ha hecho sentir más que ninguna y que sé, sin lugar a dudas, que no habrá otra saga que se ponga a la misma altura, por el simple hecho de que todo lo que me han dado estos libros es algo que sé que no volveré a experimentar con otros.
"Viento y verdad" finaliza la primera parte de la historia del mundo de Roshar como lo conocemos. Dalinar ha retado a Odium a un duelo que decidirá el destino de todos ellos y solo tienen diez días para prepararse para el esperado día en que todo ocurrirá. Szeth se embarca en un viaje hacia su tierra natal, Shinovar, donde tendrá que purgarla para liberarla de la oscura influencia de los Deshechos. Kaladin lo acompañará en busca de ayudar a Szeth a encontrar la paz consigo mismo y a sanar esas heridas que llevan demasiado tiempo en su corazón. Shallan también se embarca en un complicado viaje junto con Rlain y Renarin para descubrir la verdad sobre Ba-Ado-Mishram y el misterio que siempre ha habido respecto a la esclavización que hubo sobre la raza cantora. Adolin está dispuesto a mantener alianzas mientras en su corazón procura contener el rencor que ha empezado a sentir hacia su padre, por todo aquello que nunca supo de él y que ahora, con la verdad a la luz, le hace difícil seguir viéndolo como un ejemplo a seguir. Y Dalinar y Navani tendrán un papel fundamental en todo ello, pues con solo diez días de tiempo, se internan en el Mundo Espiritual con una sola cosa en mente: encontrar la pista que los haga hallar la manera de vencer a Odium antes de que sea demasiado tarde. ¿Cuál será el destino de Roshar y de todos los que habitan en él?
Este es un libro que forma parte de la saga "El Archivo de las Tormentas" como el quinto y último libro de la primera parte de la historia, que constará de diez libros según la información que nos ha dado el propio autor. La verdad es que yo creía que esta historia no me podía sorprender más, que el autor había tocado el límite con los anteriores libros y que este, aunque sería épico, ya no me pillaría con la guardia baja. Pues vaya, una vez más me equivoqué. No sé ni siquiera cómo empezar a hablaros de una saga que me ha hecho sentir tantísimo, que me ha llegado al corazón y que probablemente no voy a olvidar nunca. No sé cómo voy a llenar el vacío que me ha dejado hasta que salgan los cinco siguientes, pero lo que tengo claro es que desde hoy esta es mi saga favorita de fantasía épica con gran diferencia.
La trama es la mejor de todos los libros hasta ahora. No os puedo explicar con palabras la cantidad de epicidad y sufrimiento que hay acumulados en este libro. Yo os juro que pensé que esto no se podía poner peor, aunque claro, yo soy un poco ingenua porque obviamente que iba a ocurrir algo así tomando en cuenta que estamos en medio de una guerra. Algo que me ha encantado de este libro es que el autor ha mezclado la parte emocional de los personajes con toda la epicidad, dejando así un libro completamente redondo que cierra la primera parte de todo, y que abre las puertas para lo que se vendrá. He llorado, he reído, me he emocionado, he sufrido y, aun así, me he quedado con un vacío enorme que solo se llenará cuando esta saga regrese próximamente.
Los personajes han sido una mezcla de emociones constante. Creo que pocas veces existe una saga que consiga remover tanto mi corazón. He sufrido desde la primer a la última página por el destino de todos y es que no quería ser fatalista, pero iba mentalizada de que se iba a morir todo el mundo, así de horrible estaba toda la situación. Y aunque ha habido un final doloroso para muchos personajes, al mismo tiempo siento que todos han tenido el destino que les tocaba. No negaré que algunos me han sorprendido, como el de Kaladin, el personaje que más adoré de la saga y que nunca olvidaré. Adolin que al final se ganó mi corazón con su valentía. Shallan, mi niña, la cual ha luchado contra aquello que la alejaba de su realidad. Dalinar, el hombre que me demostró lo importante que es saber perdonarse a uno mismo. Renarin, mi pequeño, mi protegido, y al que siempre voy a adorar y cuidar en mi corazón. Ellos y muchos más me han enseñado unos valores inmensos que nunca pienso olvidar.
La pluma del autor es maravillosa y es que cuando creo que no puede mejorar más, llega este último libro que le da mil vueltas a los anteriores y te deja con el corazón temblando y las emociones a flor de piel. Nunca me habría imaginado lo mucho que un libro podría hacerme sentir en este género hasta que me he animado a leer al que considero como el rey de la fantasía épica. No creo que pueda haber nadie que le haga sombra, porque todo lo que me ha dado esta saga es algo que probablemente ningún otro libro me pueda transmitir jamás. Este mundo ha sido capaz de internarme en uno de los universos más completos y maravillosos de este universo. Y ojalá pronto, cuando salgan los siguientes y avancé con el resto de sus libros, pueda decir lo mismo de ellos también.
Ahora os hablaré un poco de los personajes principales.
Por un lado tenemos a Shallan, nuestra protagonista femenina. Ella es una chica que se ocultó durante muchísimo tiempo en dos entidades que la salvaron de afrontar su propio pasado. Velo era su velo personal para no ver las partes más crudas de sus errores. No ver que ella había hecho todo aquello y ser la que cargase con la culpa y el desgarrador sufrimiento. Radiante era su parte más sanguinaria, ese lado suyo que era capaz de luchar y vencer a sus enemigos y a aquellos que entorpecían su camino. Ser esa parte de ella para no tener que aceptarlo por sí misma. Ahora Shallan ha sido capaz de dejar ir a Velo, ha podido ver sus errores y abrazarlos aunque haya dolido. Y sabe que su siguiente viaje también puede ser trascendental en su camino personal. Y es que junto a Rlain y Renarin, Shallan se embarcará en un viaje en busca de Ba-Ado-Mishram para desentrañar el misterio que envuelve su persona. Porque allí podrán entender muchas cosas, entre ello la razón de toda la esclavitud a la raza cantora y la razón de que los Caballeros Radiantes mataran a sus spren sin miramientos. ¿Y si hay mucho más de lo que creen? ¿Y si la historia que creían conocer es mucho más cruel de lo que imaginaban?
Shallan es un personaje que más compleja puede parecerte por las miles de capas que tiene, pero a mí personalmente me ha encantado por todo el peso que tiene su evolución. He admirado su valentía, porque pese a que se ocultó durante mucho tiempo en dos personalidades más para no tener que afrontar la realidad, se demostró a sí misma que podía hacerlo en estos dos últimos libros. Obviamente le queda mucho camino por delante, pero me ha demostrado que al igual que Kaladin, ella tenía que tomar ese camino para perdonarse a sí misma y aceptar esas partes de su pasado que tiempo atrás rechazaba por el dolor. Aquí he visto más fuerza de voluntad en ella, la he visto afrontar las cosas de cara y no ocultándose como lo hacía en los anteriores libros. Y también he podido ver ese lado de ella que tanto necesitaba al final, ese último pasito para terminar de aceptar esas partes de sí misma que tenía fragmentadas para no reconocerlas, para no admitir que siempre habían sido ella misma. Para mí siempre va a ser una de las personas más valientes del mundo luego de Kaladin, porque aunque tuvo una vida dolorosa y sus acciones provocaron muchas cosas igual de horribles en su vida, logró sobreponerse y encontrar el camino para estar un pasito más cerca de la sanación total.
Por otro lado tenemos a Kaladin, uno de nuestros protagonistas masculinos. Él es un chico que se ha pasado toda su vida preocupándose por los demás, salvándolos y convirtiéndose en ese héroe que el mundo aclama. Pero ahora que ha dejado su lanza y el campo de batalla no puede evitar preguntarse quién será él a partir de ahora. Si no puede ser un soldado ni tampoco un héroe, ¿qué es entonces? ¿Cuál es su propio destino? Esas preguntas son las que lo llevarán a embarcarse en un viaje junto con Szeth hacia Shinovar. Kaladin se dará cuenta que al igual que él tiene sus propios dilemas, Syl también los posee. Ya no quiere ser solo una arma ni una spren vinculada a él, sino que quiere vivir para ella misma y poder tomar sus propios caminos. Kaladin tendrá que replantearse muchas cosas de su vida, entre ellas si debería o no ayudar a Szeth tomando en cuenta lo que sabe de él. Pero a veces las cosas no son como uno cree y aunque siempre ha pensado que Szeth era un simple asesino que no merecía redención, lo cierto es que cuanto más tiempo pasa con él en ese viaje, más comprende que no todo es negro o blanco. Que a veces hay realidades mucho más complejas y que quizá no son tan diferentes como Kaladin ha creído hasta ahora.
Kaladin es un personaje que pase el tiempo que pase jamás lo voy a olvidar. No solo me parece completamente redondo y perfecto como protagonista, sino que el nivel al que he llegado a empatizar con él es excesivamente inmenso. Nunca va a haber otro Kaladin en mi corazón, da igual el tiempo que pase, él siempre va a tenerme completamente ganada. Aquí he visto un lado de él que desee que Sanderson le diera desde el primer libro, esa trayectoria hacia la sanación. Ese camino a ser un poquito egoísta y preocuparse también en salvarse a sí mismo y no solo a los demás. No solo he visto esa intención, sino que Kaladin lo ha ido cumpliendo para demostrarse a sí mismo que él también merece ser salvado, que también merece valorar sus propios sentimientos y ponerlos como prioritarios cuando es necesario. También he adorado su bondad, porque una vez más Kaladin me demuestra el buen corazón que tiene cuando se decide a ayudar a Szeth, a mostrarle el camino que él tomó mientras se da cuenta, poco a poco, de que ellos dos no son tan diferentes como alguna vez creyó. Su desenlace me ha pillado completamente por sorpresa, pues no me esperaba esa trayectoria para él, pero al mismo tiempo me tiene intrigadísima por lo que pueda llegar a ocurrir en los últimos libros. Ojalá verle durante todo el resto de la saga, porque siendo mi personaje favorito no quiero dejar de disfrutar de sus puntos de vista jamás.
El siguiente que tenemos es Szeth, otro de nuestros protagonistas masculinos. Él es un chico que después de pasarse toda su vida obedeciendo las órdenes de todos sus amos, ahora que ha encontrado al siguiente que seguirá, Dalinar, tiene la oportunidad de volver a su hogar de origen y purgarlos de la oscuridad que hay en él debido a los Deshechos. Szeth sabe que no merece redención ninguna, que ha cometido demasiados errores y que tiene una cantidad interminable de sangre en sus manos al igual que vidas que ha eliminado sobre sus hombros. Y aunque Kaladin intenta hacerle ver lo contrario, para él las cosas no son tan sencillas. ¿Por qué merece el perdón si por causa de él muchas personas no pudieron ver un nuevo amanecer? Pero cuanto más tiempo pasa con Kaladin, más se pregunta a sí mismo si quizá está equivocado. Si es posible que su alma tenga algún tipo de salvación y no la ha visto hasta ahora. Porque mientras recorren el viaje, Szeth recordará un tiempo en el que tuvo el tipo de vida que siempre deseo. Una vida tranquila junto a su familia, cuidando a las ovejas, y sin dejar que nada lo perturbase... Hasta que todo se torció y lo convirtió en lo que hoy es. ¿Cuál es el verdadero destino que le aguarda?
Szeth es un personaje que desde el inicio me tenía intrigadísima por todo el misterio que parecía esconder detrás. Aquí, finalmente, he podido descubrir lo que guardaba por dentro y... Dios, ha sido un frenesí de dolor constante y de mi propia necesidad de protegerlo. ¿Cuánto puede llegar a sufrir una persona antes de perder por completo las fuerzas de seguir adelante? Lo peor fue darme cuenta de que Szeth aceptó su condición actual, dejar que todos decidieran por él sin nunca poner en duda nada, y es lo más desalentador que existe, porque él cree no merecer decidir sobre su propia vida. Por eso me ha gustado demasiado ver la trayectoria e interacción que tenía con Kaladin. Porque, poco a poco, él le hace cuestionarse todo aquellos cimientos firmes que tenía en su cabeza. Cosas como que no merecía ser perdonado ni redimido, que una vez acabase su viaje y pusiera remedio a sus errores, acabaría con su vida para al fin librar al mundo de su existencia. Junto con Kaladin, creo que es de los personajes que más ha sufrido con diferencia y al que más ganas tenía de verle encontrar la felicidad, porque ya ha tenido bastante desgracia en su vida.
Otro de ellos es Dalinar, el siguiente de nuestros protagonistas masculinos. Él es un hombre que cometió incontables errores y pagó por todos ellos. Ahora, tras haberse redimido tratando de tomar esos errores para crecer como persona, Dalinar sabe que no todo podría terminar bien. Y es que la verdad no siempre es positiva, sobre todo para aquellos que importan de verdad. Sabe que su hijo es incapaz de perdonarlo, que le guarda rencor por sus errores, y lo entiende. También sabe que ha aceptado un duelo que ocurrirá en diez días y que están a contrarreloj para salvar Roshar de la total destrucción y el dominio absoluto de Odium. Y lo único que sabe es que si quiere tener alguna posibilidad, la respuesta quizá está en el pasado, allí donde el misterio de por qué los Heraldos abandonaron su destino puede tener la clave de todo. Pero para ello Dalinar tendrá que internarse en el Mundo Espiritual junto con Navani y retroceder en el tiempo hasta encontrar el momento exacto en el que todo aquello ocurrió. Pero no será fácil, sobre todo cuando los secretos son más grandes de lo que creía y quizá la verdad que allí se esconde puede traer consecuencias fatales para el futuro que les espera. ¿Logrará encontrar la clave para salvarlos a todos?
Dalinar es un personaje que desde la primera vez que salió en la saga me encariñé de él sin remedio. Su pasado me hizo sufrir, me costó un mundo leerlo por saber las miles de cosas horribles que había hecho, pero su redención me ayudó a perdonarlo y entenderlo. Y ahora, en este último libro, solo puedo decir que es uno de los mejores de esta saga y nadie me va a hacer pensar lo contrario jamás. Siento admiración hacia ese hombre que toda su vida vivió en una mentira que tomó él para huir de la realidad y ahora, tras tantos años siendo un cobarde, finalmente afrontó sus errores para tomarlos y volverse alguien mejor. Una persona digna de confianza. Toda su trayectoria ha sido un no parar de emociones y en este libro es más de lo mismo. Algo que me ha encantado es que gracias a él se expande mucho más el pasado que hubo antes de todo esto. Un pasado horrible donde la verdad podría provocar un desastre inmenso por las consecuencias que podría dejar tras de sí. Lo único que lamento de todo esto es saber que siempre será uno de los mejores personajes de la saga que tendré que recordar únicamente en mi corazón a partir de ahora.
Y el último que también ha tenido bastante protagonismo en este libro es Adolin. Él es un chico que siempre ha sido alguien ejemplar, un guerrero formidable, un príncipe respetado y un chico codiciado. Pero a la hora de la verdad, ¿qué ha quedado de él ahora que el mundo tiene personas mucho más valiosas que él? Ya no cree ser un guerrero invencible ahora que existen los Radiantes. Tampoco cree ser un buen príncipe cuando es incapaz de creer en los juramentos y en ocupar su lugar en el trono. Y mucho menos le interesa ser alguien codiciado, pues a la hora de la verdad ya tiene a la única persona que, en ese aspecto, lo hace sentir completo. Pero lo que realmente lo tiene en una espiral de emociones es la verdad de su padre. Esa certeza de que la razón de que su madre muriera nunca fueron los enemigos, sino su propio padre. Esa realidad, aunque la haya intentado tapar para no pensar en ella, está saliendo a la luz y el rencor no se hace esperar. Porque hasta ahora siempre ha visto a su padre como un ejemplo a seguir, como un hombre admirable que no ha cometido un solo error a sus ojos, pero lo cierto es que todo eso ha terminado siendo mentira. Y mientras todas esas emociones lo persiguen, Adolin tendrá que afianzar las alianzas en Azimir y demostrar, por una vez, que su destino puede ser algo más que solo ser el futuro rey de Roshar.
Adolin es un personaje que me ha sorprendido una barbaridad en este libro y es que sabía que en algún momento le iban a dar su merecido protagonismo, pero es que no me esperé que al hacerlo sería tan intenso. Lo veía necesario, porque luego de cómo terminó el tercero, me extrañaba bastante que no le dieran relevancia a todo el tema de la madre con él. Y aquí lo han hecho y no solo eso, sino que también te ha mostrado abiertamente la fisura que se ha formado entre Adolin y su padre luego de ello. Me ha sido imposible no entender a Adolin, porque aunque también logré empatizar con Dalinar, al final cuando una mentira se extiende durante tanto tiempo, es normal que el rencor pueda convertirse en una bola inmensa y difícil de manejar. Creo que los puntos de vista de este personaje han sido de los más épicos y también los que más me han hecho quedar con la boca abierta, porque creo que todo su potencial aún no se ha visto y ojalá en los siguientes le den más protagonismo todavía para que el mundo vea en primicia lo increíble que es Adolin Kholin.
Tampoco podemos olvidar a todos los demás personajes que tomarán un papel crucial en esta historia y que no puedo hablar demasiado largo y tendido de ellos porque puede ser considerado spoiler.
Jasnah sigue siendo un misterio en muchos aspectos para mí, pero he de reconocer que en este libro me ha sorprendido mucho su trayectoria. La verdad que creo que era necesario ese giro de ella para que se replantease muchas cosas, entre ellas hasta qué punto sus acciones son políticamente correctas a diferencia de la de aquellos que van en contra de ellas.
Navani tiene poco protagonismo aquí, pero eso no quita que sus momentos han sido muy interesantes. Su destino final me ha dolido, especialmente por muchas cosas que pasan en el libro y que hacen que sea difícil no empatizar con ella. Creo que es una mujer que ha evolucionado mucho desde el cuarto libro, ya que empezó siendo alguien que estaba como personaje secundario antes de eso y apenas le daban relevancia a su presencia y en los últimos libros ha tenido un protagonismo brutal que es digno de admirar también.
Sigzil, que me ha sorprendido su protagonismo también, pero me ha encantado su personaje y todo lo que me han mostrado de él. Me ha parecido alguien muy valiente, que a pesar de su inseguridad por estar ocupando el lugar de una leyenda inmensa, ha hecho cosas increíbles para ser digno de su puesto. Y la verdad es que es también muy listo, se le ocurrían planes que fueron la causa de que las cosas fueran bien y no se fastidiase todo. Así que, sinceramente, estoy orgullosa de su propio protagonismo en este libro.
Renarin y Rlain, los dos me han encantado. El primero era mi protegido desde el primer momento en que lo conocí y aquí que tiene un poco más de protagonismo me he encariñado demasiado de él. Creo que es uno de los personajes que más increíble me parece por todo el transfondo que tiene detrás y al que más ganas tengo de seguir leyendo, porque es uno de mis favoritos de la saga. Rlain tampoco se queda atrás y es que aunque en anteriores libros tenía menos relevancia, aquí he podido conocerlo mejor y saber todo lo que ocultaba por dentro, su propio dolor y la soledad que lo embargaba me ha sido imposible no encariñarme de él y empatizar con su situación.
Venli apenas sale en este libro, pero lo poquito que lo ha hecho me ha gustado mucho. Sí que sigo pensando que los puntos de ella se me hacen bastante lentos por lo general y hasta algo aburridos, pero la evolución que ha tenido me sigue pareciendo una de las más interesantes, por toda la complejidad que tiene detrás. Ojalá en el futuro pueda ver más de ella y terminar de encariñarme de su trayectoria y de todo el potencial que todavía guarda su personaje para mostrar.
En resumen, "Viento y verdad" es el quinto y último libro de la primera parte de una saga que me ha hecho sentir demasiado y que sé que no voy a poder superar nunca por mucho que lo intente. Lo único que me consuela es saber que todavía me queda un poquito más antes de que esta historia se acabe para siempre y que todavía no ha llegado el momento de decirles adiós para siempre. La trama ha sido un frenesí de emociones, si los anteriores son intensos, este ha sido una completa locura. No paran de pasar cosas desde la primera página y me he pasado todo el libro con la boca abierta por la cantidad de revelaciones que tiene sin parar. No solo me ha encantado eso, sino que también ha tenido la dosis perfecta que le faltaban a los anteriores y es la mezcla ideal de emociones y transfondo de personajes a la vez que le das peso a la trama y toda la epicidad. En los anteriores siempre sentía que le daban más prioridad a uno que a otro, pero es que aquí los dos están bien enlazados y tienen el mismo peso de protagonismo, haciendo de esa forma que el libro sea, con diferencia, el mejor de toda la saga para mí. Los personajes no se quedan atrás y es que he sufrido desde la primera página con ellos por la cantidad de cosas que estaban pasando. Después de cómo acaba el cuarto era evidente que este libro iba a ser vertiginoso y para sufrir todo el tiempo y he sido incapaz de contener todas mis emociones con ellos. Kaladin sigue siendo el personaje que más amo de todos y al que le deseo la mayor felicidad de todas. Shallan ha demostrado ser una valiente guerrera que ha luchado contra sus propias mentiras para salir vencedora. Szeth, otro de mis protegidos y al que la vida ha tratado demasiado mal. Desde que salió por primera vez supe que no podía odiarle y que sabía que había algo muy grande detrás de él para que pasaran todas esas cosas. Lo único que he querido de él, al igual que con Kaladin, es que encontrase su felicidad y dejase de sufrir de una vez por todas. Adolin ha tenido un protagonismo inmenso aquí y he podido ver más a fondo toda su trayectoria emocional con el tema familiar que lleva a sus espaldas. Rlain y Renarin son mis protegidos y me niego a la idea de que nadie les haga daño jamás. Dalinar y Navani me han tenido en una tensión constante por la cantidad de cosas que se descubren gracias a ellos y que tienen mucha relevancia para el futuro que les aguarda. Y muchos más personajes, que aunque no tengan un constante protagonismo como los anteriores, siguen siendo increíbles y me han hecho sufrir lo inimaginable en la misma medida. La pluma del autor no se queda atrás y es que en este libro ha sido un frenesí de emociones todo el rato. He vivido demasiado lo que estaba contándonos y no os mentiré, iba con una mentalidad fatalista de que el libro iba a tener un final muy agridulce y trágico. Y aunque bien es cierto que no ha tenido un final feliz, ha terminado mejor de lo que yo misma me lo imaginaba. Lo único que puedo decir es que luego de todos estos libros, estoy desesperada por leer los siguientes y, mientras espero, internarme más profundamente en todo el mundo que ha creado este autor y que me tiene ya completamente fascinada.
¡Y eso es todo mis pequeñas estrellas! Contadme, ¿habéis leído ya esta novela? Si es así, decidme qué os ha parecido a vosotros en los comentarios.
¡Nos vemos en la próxima reseña!












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