Emily Henry/ Editorial Planeta/ 400 páginas/ Gente que conocemos en vacaciones/ Tapa blanda/ Comprar aquí
Poppy y Alex. Alex y Poppy. No tienen nada en común: Ella lleva vestidos estampados; él, pantalones de pinza. Ella es un espíritu aventurero; él prefiere quedarse en casa leyendo. Y, a pesar de todo, son mejores amigos. Durante la mayor parte del año viven separados ―ella en Nueva York, él en su pequeño pueblo―, pero cada verano, desde hace ya una década, se toman una semana de vacaciones juntos. Hasta hace dos años, cuando todo cambió.Ahora Poppy tiene todo lo que siempre había soñado, pero está atrapada en la rutina. Cuando alguien le pregunta cuándo fue feliz por última vez, sabe, sin ninguna duda, que fue en ese último y fatídico viaje con Alex. Por eso decide convencer a su mejor amigo para viajar juntos una vez más. Tienen una semana para arreglarlo todo, ¿qué puede salir mal?
¡Buenas mis queridas estrellas! Tenía mucha curiosidad con este libro, ya que el friends to lovers me da la vida y es uno de mis clichés favoritos en general. Aunque no negaré que me daba cierto respeto, ya que el único libro que me había leído de la autora, me había dejado una sensación algo amarga y no quería que el hype me jugase una mala pasada. Imaginaos entonces mi sorpresa cuando iba leyendo este libro y fui consciente de que la historia me estaba emocionando y calando hondo como nunca. Porque sí, puedo decir que estoy ante mi libro favorito de Emily Henry con muchísima diferencia.
"Gente que conocemos en vacaciones" nos cuenta la historia de Poppy y Alex, quienes han sido mejores amigos desde que tienen memoria. Son completamente diferentes, si los ves por la calle jamás te imaginarías que dos personas así compartirían tiempo juntas, pero la verdad es que ninguno de los dos se imagina la vida sin el otro. A pesar de que cada uno vive lejos del otro y que la mayor parte del tiempo su amistad está distanciada, los dos tienen una rutina que se niegan a cambiar. Cada año, en verano, toman sus maletas y deciden hacer un viaje esporádico que compartirán juntos para conocer mundo y compartir aventuras y momentos inolvidables con el otro. Y así había sido siempre, hasta ese último viaje que lo cambió todo en su amistad. Ahora Poppy intenta mantener la vida que siempre soñó, pero que la ha hecho caer en una rutina que no le entusiasma como entonces. Por eso se arriesga y le propone a Alex, con quien hace tiempo que no tiene relación, volver a hacer un viaje juntos como los viejos tiempos. ¿Pero lograrán que la sombra del pasado no se interponga entre los dos?
Este es un libro que vi por todos los lados y había tantísimo hype puesto sobre él que me daba algo de terror lo que me podía encontrar. No os mentiré, a la autora le tuve muchas expectativas cuando me leí su primer libro y se me cayó del pedestal al ver que no llegaba a la altura de todo lo que me habían prometido. Por eso cuando decidí leerme este libro lo hice concienciada de que no iba a estar a la altura de las expectativas y eso me ayudó a rebajar un poco el hype. Quizá eso fue lo que ayudó un poco, pero también he de decir que el libro ha sido mucho más bonito de lo que me habría esperado, al igual que la relación que se desarrolla en esta historia.
La trama es muy simple, ya os digo que no os esperéis algo que os deje con la boca abierta. No deja de ser la trayectoria de dos mejores amigos que a pesar de la distancia tienen la tradición de viajar juntos en verano cada año, hasta que un malentendido del pasado los hace alejarse y tener que afrontar la situación en su presente y retomar la amistad que habían dejado atrás ese día. Y aunque es muy cliché, no os engaño cuando os digo que a mí este estilo siempre me gana, sobre todo cuando va de la mano de un friends to lovers tan bonito como este. Es que me he pasado el libro con una sonrisa y con las emociones a flor de piel porque la autora te hace sentir cada momento tanto que es imposible estar en otro mood.
Los personajes se han quedado en mi corazón para siempre y eso no va a cambiar aunque otro libro de la autora lo supere. Creo que pocas veces tengo la suerte de leer un friends to lovers tan bonito y tan bien construido. Y es que no he sentido nada forzado, la relación de los dos ha fluido de forma muy natural y nos ha dejado ver su parte tierna y sus momentos más dramáticos y humanos. Al final no dejaban de ser dos personas con sus más y sus menos que intentaban encontrar sus caminos a pesar del miedo que les daba dar el salto por lo que pudiera pasar. El romance ha sido un frenesí de sensaciones, yo solo quería verlos felices y que dejasen de torturarse de esa manera, porque ya os digo que todo fluye con mucha calma, pero merece la pena por completo.
La pluma de la autora me ha gustado muchísimo en este libro y no se me ha hecho tan pesada ni densa como la sentí en el primer libro suyo que me leí. He notado que las emociones estaban mejor definidas, que le daba mayor naturalidad al romance de los dos y a toda la trayectoria que quería desarrollar entre ambos. Creo que toda la narrativa está muy cuidada, que le ha puesto mucho mimo a los dos puntos de tiempo, tanto el pasado como el presente, y eso me ha ayudado a conectar con cómo eran los protagonistas en la actualidad y en el momento de conocerse y afianzar su vínculo. Ojalá lo siguiente que me lea de la autora me haga sentir tan enternecida y viva como me ha hecho sentir la historia de Poppy y Alex.
Ahora os hablaré un poco de los personajes principales.
Por un lado tenemos a Poppy, nuestra protagonista femenina. Ella es una chica que ha logrado todo lo que deseaba en la vida. Ha encontrado el trabajo de sus sueños, se ha escapado del pueblo que tantas amarguras le daba para empezar a vivir en Nueva York y puede viajar allá donde quiera gracias a las ventajas de su profesión. El problema está en que desde hace un tiempo siente que ha caído en una especie de rutina que está absorbiéndole la vida poco a poco. No recuerda ni siquiera cuando se sintió pletórica y feliz por última vez... Bueno, sí, en aquel viaje que hizo con Alex, su mejor amigo, al que perdió después de ese último destino que hicieron juntos y que lo cambió todo para ello. Poppy da un salto para recuperar las viejas costumbres, esas que hacía con él, que era aprovechar cada verano para viajar entre los dos a cualquier parte del mundo que se les ocurriera. Dejaron de hacerlo cuando aquel viaje dañó tanto su amistad hasta el punto de separarlos, pero Poppy está dispuesta a hacer lo que sea necesario por recuperar a su mejor amigo. Solo hay un problema: ¿podrán dejar el pasado atrás o quizá aquello que les ocurrió es demasiado grande para ocultarlo demasiado tiempo?
Poppy es un personaje que me ha sorprendido muchísimo, ya que en estos géneros las chicas tienden a exasperarme un poco por lo lento que avanzan y hacen las cosas. Pero es que con ella me ha sido difícil sentirme de esa forma. Supongo que su situación me ha calado hondo porque creo que todos hemos tenido el miedo de ella alguna vez. El saber que la vida se te atasca, que hay algo que no encaja y que no sabes cómo fluir, cómo encontrar esa felicidad que se te ha quedado perdida en el camino. El querer encontrarte pero no saber cómo empezar a hacerlo porque te encuentras completamente perdida en medio de un mar de gente. Y la verdad es que no pude juzgarla por no saber lo que quería al final de cada día, ya que la pobre estaba tan perdida en esa rutina que la estaba consumiendo y arrebatándole todo, que no era capaz de entender que lo que había más allá de sus heridas era un amor incondicional hacia la única persona que conseguía arrancarle las más fuertes carcajadas. No es un personaje fácil, de hecho creo que es de las protagonistas más complejas que he leído en mucho tiempo, pero toda su trayectoria, la preciosa evolución que tiene y esas reflexiones finales que la ayudan a dar un pasito más hacia la dirección correcta, hacen que toda ella merezca la pena y que quiera protegerla con todo mi corazón.
Por otro lado tenemos a Alex, nuestro protagonista masculino. De él no os puedo hablar demasiado ya que lo que os cuente puede ser considerado spoiler porque no tiene punto de vista. Así que os contaré un poco sobre él y mi opinión general del personaje.
Alex es un personaje que me ha gustado muchísimo y eso que me daba miedo no conectar con él al no tener puntos de vista. Pero creo que aunque eso se me ha hecho en falta, todo lo que siente y ve Poppy en él te permiten conocerlo en su totalidad. Me ha encantado conocer a Alex a través de los ojos de ella, la complejidad de su persona y lo diferente que era a ella. Pero como aun así conseguía conectar con su persona de una froma mágica y completamente única. Además no os mentiré al deciros que me ha tenido con el corazón encogido ante todo lo que expresa con solo mirarla y sonreírle. Aunque ese desenlace con él era MUY obvio, eso no ha quitado lo bonito que ha sido ver el desarrollo, la forma en que esa relación que tenía con ella iba creciendo y volviéndose más mágico según leías. He visto muchas opiniones variadas sobre su personaje, pero es que a mí me ha encantado lo humano que me ha parecido. El miedo que tenía al futuro, a perder lo que le hacía feliz y que esa fuera la razón por la que estaba asustado de arriesgarse con Poppy. Pero cómo la magia de lo que ambos tenían les hacía imposible permanecer separados o lejos del otro porque sus sentimientos eran tan inmensos que opacaban todo lo demás hasta el punto de no poder estar lejos.
En resumen, "Gente que conocemos en vacaciones" es un libro que había visto en muchísimas reseñas y redes sociales y la gente lo tenía por las nubes como todos los libros de esta autora. Yo, que había salido de un libro de ella algo decepcionante, me daba algo de miedo que el hype me pagase factura nuevamente. Así que sí, si estáis viendo la puntuación de este libro veréis que me he llevado una enorme sorpresa al encontrarme con el que, sin duda, es mi libro favorito de la autora hasta ahora. La trama es sencilla, no esperéis algo novedoso que no hayáis leído nunca, pues la historia se desarrolla con dos mejores amigos que hacen una tradición cada año en verano de ir de viaje juntos. Un año por causa de un horrible malentendido dejan de hablarse hasta tiempo después cuando ella decide arriesgarse a volver a su vida y retomar la tradición que tenían, con la intención de recuperar a su mejor amigo. Como véis es una premisa sencilla, cliché y básica, pero me ha parecido que todos esos ingredientes están mezclados de la forma más perfecta posible. No hay un solo detalle sin desarrollar, hasta los cambios de tiempo en la historia se nota que los ha hecho con todo el mimo del mundo para que puedas conocer bien la relación de ambos y yo me he pasado TODO el libro con una sonrisa idiota en la cara a causa de los protagonistas. Si buscáis un libro cuqui y adorable para el verano, este sin duda creo que es el mejor de Emily Henry sin ninguna duda. Los personajes han sido una odisea de emociones, me he pasado todo el libro con una sonrisa y con el corazón en un puño. Al principio me daba miedo que no consiguiera conectar con ellos, como me pasó con los protagonistas del primer libro que me leí de la autora, pero no ha sido el caso. La amistad de los dos está hecha con muchísima delicadeza y lentitud, transmitiéndote de principio a fin todas sus diferencias y como aun así han sido capaces de conectar más que nada en el mundo. Y ya ni hablemos de los transfondos de ambos por individual, es que han tenido los cierres y desarrollos perfectos. No hay nada que la autora se dejase en el tintero, todo ha ocurrido en el tiempo justo y de la forma exacta que debía pasar y me he quedado muy satisfecha con el resultado. El romance ha sido una completa cucada y he querido protegerlos a los dos en todo momentos, especialmente al final cuando salen todos los miedos a la luz y te das cuenta de lo mucho que necesitaban sanar ambos antes de atreverse a dar el salto. Me ha parecido un romance completamente realista y humano. La pluma de la autora no se ha quedado atrás y aunque me daba miedo que me resultase lenta y algo densa como me pasó con el anterior libro de ella, aquí no ha sido el caso. Me he enganchado desde el principio y he querido protegerlos a los dos por la relación tan bonita que tenían y que se notaba que los unía más que nunca. También creo que ha sido un acierto esos cambios de tiempo, del pasado/presente, que lo ha desarrollado todo a la perfección y que no ha habido nada que me resultase precipitado. Lo único que me puedo quejar, pero que esto ya es a nivel personal, es que ojalá haber podido tener el punto de vista de Alex, porque entonces el libro habría sido completamente redondo.
¡Y eso es todo mis pequeñas estrellas! Contadme, ¿habéis leído ya esta novela? Si es así, decidme qué os ha parecido a vosotros en los comentarios.
¡Nos vemos en la próxima reseña!
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