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viernes, 13 de junio de 2025

La norma Dixon [Campus Diaries #2]

 Elle Kennedy/ Editorial Wonderbooks/ 504 páginas/ La norma Dixon [Campus Diaries #2]/ Tapa blanda/ Comprar aquí




A Diana Dixon se le presenta un verano movidito: es una animadora que está ensayando para un concurso de bailes de salón, hace malabarismos con dos trabajos y lidia con un exnovio que no entiende que ya no son pareja. Desde luego, no tiene tiempo que perder con Shane Lindley, su nuevo vecino, un jugador de hockey prepotente y con fama de rompecorazones. Para que la convivencia sea pacífica, habrá que instaurar algunas normas: nada de fiestas y, sobre todo, ningún contacto entre ellos.

Pero cuando Shane decide fingir que tiene novia para poner celosa a su ex, ¿quién mejor que su vecina descarada para interpretar el papel? Diana se muestra reticente, eso implicaría romper sus propias normas, pero al final accede. Aunque, claro, no esperaban la chispa que empieza a arder entre ellos… ¿Tendrán el valor de convertir su farsa en algo real?



¡Buenas mis queridas estrellas! La verdad es que no estaba muy por la labor de leer este libro todavía, ya que luego de la tremenda decepción que me llevé con el primero, iba muy reticente con este por si me iba a pasar lo mismo. Así que ha sido una completa sorpresa encontrarme con una historia que me ha llegado al corazón y que encima ha conseguido lo que llevaba tanto tiempo sin sentir con Elle Kennedy: que conectase con sus personajes y me enganchase a todo su desarrollo.

"La norma Dixon" nos cuenta la historia de Diana y Shane, dos personas que son incapaces de estar en el mismo metro cuadrado sin querer lanzarse a la yugular del otro. Diana tiene una vida bastante complicada desde hace un tiempo: tiene que enfrentar un concurso de bailes de salón sin su fiel compañero de cada año, tiene que sobrevivir a dos trabajos que la consumen y ahora también tiene que sumar a la ecuación a su exnovio, que es incapaz de aceptar que ya no están juntos. Shane, en cambio, se aferra a aventuras sin compromiso para olvidar su última relación a la que ha sido incapaz de superar. Cuando los dos empiezan a ser vecinos, tendrán que soportarse y no matarse en el intento. Pero, ¿y si la solución a sus problemas está más cerca de lo que piensan? El trato es sencillo: Diana fingirá ser su novia y Shane accederá a ser su compañero de baile. ¿Qué es lo peor que podría pasar? Después de todo, las normas son claras: nada de enamorarse.

Este es un libro que forma parte de la saga "Campus Diaries" como el segundo libro, el cual se desarrolla mucho después de la saga Kiss Me y Love Me de la misma autora. La verdad es que luego de la decepción que fue el primer libro, no me esperaba demasiado de este, ya que últimamente me ha costado conectar con la historias de la autora y su nueva forma de desarrollarlas. No es que los libros sean malos, de hecho son adictivos y te los bebes, pero es que he notado que a diferencia de los primeros, aquí se abusa demasiado del spicy, al punto de que parece que es lo único que envuelve la trama. Por suerte, aunque en este libro sigue habiendo mucho para mi gusto, no lo he sentido tan abusivo como el primero.

La trama me ha gustado más y es que en parte ha ayudado que está el cliché de fake dating, la cual es de mis favoritas. Siento que el desarrollo iba con más calma que el primero e incluso se envolvían más temas que me han parecido el doble de interesantes que el otro. Otra cosa que me ha gustado es que se englobaba el tema de una relación abusiva y cómo esta puede afectar emocionalmente a uno. O por ejemplo el aprender a superar una relación que no nos hace bien o saber conocer bien a una persona antes de prejuzgar. Creo que en líneas generales se me ha hecho un libro más entretenido y con más contenido que el anterior, el cual se me hizo más aburrido y lento.

Los personajes me han encantado y es que siento que entre ellos sí ha habido buena química. Me ha gustado su relación desde el principio, a pesar de que en los primeros capítulos Diana me ponía de los nervios por estar con sus prejuicios sin conocer realmente a Shane. Que por una parte puedo entender que piense de determinada forma, pero no comprendía que creyera las palabras de otros como la verdad absoluta sin haber escuchado el otro punto de vista. Y con Shane lo cierto es que me he encariñado mucho. Yo tenía miedo de que resultase ser un mujeriego y la verdad es que es un oso de peluche desde el inicio y eso, sumado a la química de los dos, eran simplemente explosivos.

La pluma de la autora me ha gustado más en este libro y es que en el primero le pasó que ponía demasiados tecnicismos sobre el hockey y a mí eso me acababa abrumando y aburriendo un poco. Sin embargo, aquí ha sabido compaginar bien cada cosa y no saturar de información sobre las cosas que le gustan a los personajes. Además tiene un ritmo más ameno y hasta divertido, me he encariñado más de esta pareja y me he creído más sus sentimientos y la forma en que crecían. Lo único que me ha faltado quizá es ver un poquito más de desarrollo en los problemas de los personajes, pues siento que Shane se olvidaba muy rápido de su ex y a Diana le daban poco peso a lo que vivía ella con el suyo.

Ahora os hablaré un poco de los personajes principales.

Por un lado tenemos a Diana, nuestra protagonista femenina. Ella es una chica que de un día para otro toda su vida organizada se ha ido a pique. Aunque siempre se ha considerado una persona que le gusta vivir sin planificar al detalle cada instante, tampoco puede negar que el caos al que ha llegado su vida tampoco es del todo de su agrado. Y es que de un día para otro ha perdido a su compañero de tantos años para el concurso de bailes de salón, ha tenido que manejar su vida con dos trabajos intercalados y, para colmo, ahora tiene que sumar a la ecuación a su exnovio, el cual no deja de perseguirla para que le dé una segunda oportunidad. Aunque parezca que todo va bien a ojos de los demás, lo cierto es que Diana está de los nervios y no sabe cómo va a solucionar todas las situaciones al mismo tiempo. Por eso cuando Shane Lindley se convierte en su nuevo vecino, Diana siente que va a explotar, porque de todas las personas del mundo y de todos los edificios del mundo, ha tenido que alojarse al lado de su apartamento la persona que menos soporta del mundo. Para Diana, Shane solo es un chico despreocupado que vive para ir de flor en flor con varias chicas y sin responsabilizarse de sus errores. De hecho, incluso cree que es un chico mimado que lo ha tenido todo y que no ha tenido que sufrir ninguna alteración a su acomodada vida por tenerlo todo al alcance de su mano. Y así lo cree, está segura de que él sería la última persona en el mundo en quien se fijaría. Pero entonces ocurre algo inaudito y es que quizá Shane no es como le han hecho creer durante tanto tiempo y, solo quizá, eso es lo único que la ha convencido para ayudarle a fingir ser su novia para recuperar a su exnovia, de la cual no se ha olvidado después de un año. Pero evidentemente Diana no se contentará con eso y es que a cambio de hacerle un favor de esa magnitud, ella decidirá que su parte del trato sea que él se convierta en su compañero de baile. ¿Podrá enseñarle todo lo necesario antes del concurso? ¿Y serán capaces de mantener la situación entre los dos como solamente dos aliados que deciden ayudarse y no caer en la tentación de esa inminente atracción que siempre ha ardido entre ambos?

Diana es un personaje que me ha gustado mucho según avanzaba la historia, ya que al principio me puso un poco de los nervios. Creo que fue bastante injusta con Shane al inicio y que no dejó de juzgarle sin conocerlo siquiera salvo por lo que escuchaba por ahí. Además, soy de las que piensan que si no escuchas esas palabras de alguien con quien tengas plena confianza, siempre deberías dudar un poco, porque no todas las personas son honestas con lo que te cuentan, como fue en este caso. Si aun se lo dijera su mejor amiga entendería sus dudas, pero siendo una completa desconocida casi, a la que ni siquiera tenía en alta estima..., pues me resultaba irónica que se creyera a pies juntillas lo que ella le decía de él. Cuando ya se le pasa esa tema prejuzgadora, me ha gustado mucho más. Creo que tiene un transfondo potente donde vemos cómo tiene que sobrellevar un proceso muy duro donde su exnovio demuestra ser más miserable de lo que creíamos. Aunque me hubiese gustado que la autora le diera más énfasis al tema, creo que está bien llevado y al menos a mí me ha generado mucha impotencia en varias escenas donde se me ha encogido hasta el corazón. Es que además he sentido muy realista la vergüenza de Diana, sus miedos, la incertidumbre de no sentirse fuerte y haber fallado en el proceso. Porque creo que es algo que todas las personas que han sufrido un abuso o un maltrato como ese o peor, saben lo que es sentirse tan pequeñxs. Ojalá hubieran más libros que profundizasen en este tema, que le dieran voz a un miedo tan real y humano y que te muestren que no es malo tener miedo, sentirte humana, creer que las cosas se te han ido de las manos con las emociones. Que tus emociones son válidas y nadie tiene derecho a hacerte pensar lo contrario jamás.

Por otro lado tenemos a Shane, nuestro protagonista masculino. Él es un chico que siempre lo ha tenido todo en su vida, una buena familia, una situación económica que le permite tener lo que necesita y un puesto importante en su equipo de hockey, el cual es su pasión desde que tiene memoria. Sin embargo, aunque pueda parecer que nada le preocupa ni le duele, lo cierto es que hay algo en su interior que es incapaz de superar y esa es su exnovia. Aunque ya ha pasado un año desde que lo dejaron, Shane piensa en ella más de lo que se permite admitir, en lo que pudo hacer para mantener la relación, en el daño que pudo hacerle y en sus errores. Por eso cuando la posibilidad de que ella vuelva a la ciudad y esté cerca de él aparezca, Shane siente que es su oportunidad para cambiar las tornas de su vida, para recuperar la felicidad que ha perdido. Pero, ¿qué va a hacer si ella aparece con un novio y se da cuenta de que mientras él está sufriendo desde hace un año, ella ya ha logrado pasar página y olvidarle? Fácil: convencer a su vecina, y la chica que más le aborrece en el mundo, para que finja ser su novia y así descubrir si su exnovia todavía le quiere. El problema es que a cambio de esa petición, Diana se aprovecha para pedirle que sea su compañero de baile y Shane es incapaz de visualizarse a sí mismo bailando un vals o algo como el chachachá. Pero se lo debe y aunque piense que va a ser un desastre, hará lo que pueda por estar a la altura. Sin embargo, ¿lograrán ambos sus objetivos? ¿Incluso mantener sus sentimientos neutrales en cuanto a pasar tanto tiempo juntos?

Shane es un personaje que me ha gustado más de lo que me esperaba y eso que al principio me preocupaba que fuera un mujeriego y que se pasase todo el libro demostrándolo. Sin embargo, en ninguna parte de la historia actúa como tal y por eso me ha sorprendido que Diana no dejase de remarcar que Shane era un insensible y que no pensaba en los demás. También me molestaba porque como tal Shane siempre ha dejado claras las cosas y como decía él: tampoco era su culpa si la otra persona decidía creer que iba a ser la excepción. Y aun así, a pesar de que eso pasaba, Shane demostraba lo maduro que era al llevar las cosas con tacto. Por eso no me ha gustado que lo juzgasen todo el tiempo por las cosas que hacía, porque realmente no me parecía algo justo tomando en cuenta las circunstancias. Además, como dije antes, no me pareció un mujeriego ni un casanovas, sí, era arrogante y se apreciaba a sí mismo, pero no llegaba al punto de ser pedante ni nada de eso. Tiene hasta un lado que casi parecía el de un osito de peluche por su manera de ver el amor, de sentir las cosas cuando alguien se va volviendo primordial en su vida y a mí eso, personalmente, me ha parecido muy entrañable. Lo que he echado en falta, que es algo que ya había dicho anteriormente, es que quizá siento que olvidó a su ex muy rápido en la historia. Es como que se pasan todo el libro diciendo que él estaba todavía enamorado de ella, que no podía olvidarla y de un segundo a otro lo hace y me hubiese gustado un desarrollo más realista a todo ello tomando en cuenta la situación que estaba experimentando él.

En resumen, "La norma Dixon" es el segundo libro de una saga que pensé que no iba a remontar en vista de que el primer libro y los últimos libros en general de la autora han sido una completa decepción para mí. Por eso, leer un libro donde sí me he creído las cosas y hasta he conectado con lo que ocurría me ha emocionado mucho, porque ha sido como volver a atisbar un pedazo de la Elle Kennedy que yo adoraba con sus primeras dos sagas. Sigo pensando que abusa mucho del spicy, pero al menos en este libro lo reduce un pelín a diferencia del primero, cosa que se agradece. La trama me ha gustado mucho y es algo inevitable cuando es un fake dating y a mí esos clichés me flipan. Me he pasado todo el libro intrigada con lo que iba a pasar y por eso me ha durado tan poco, necesitaba ver qué iba a ocurrir con los dos transfondos y cómo iba a hacer la autora para manejar dos conflictos tan complicados. Además tiene mensajes muy potentes, como las relaciones abusivas, las relaciones unilaterales, el saber aceptar que uno es humano y no puede ser perfecto y el dejar a un lado los prejuicios.  También creo que se ha desarrollado muy bien las dos situaciones, aunque quizá lo que me ha faltado es un poco más del desarrollo de los personajes antes de superar la situación, cosa que para mi gusto pasaba un poquito rápido y hubiese querido más transfondo de ello. Los personajes me han gustado muchísimo y es que he sentido un montón de química con ellos desde el minuto uno. Sí, creo que sigue habiendo mucho spicy para mi gusto, pero al menos en este libro he sentido que se compaginaba con más cosas y eso ha ayudado a que no fuese tanta sobrecarga seguida de lo mismo. Pero creo que los dos se compenetran muy bien, es como que ella lo ayudó a él a darse cuenta de que tiene que aprender a valorar más las cosas y a no juzgar el estilo de vida del resto y él la ayudó a ella a darse cuenta de que no tiene nada de malo ser humana, tener miedo, tener dudas... Simplemente no ser perfecta. Creo que el romance tiene el ritmo perfecto si tomamos en cuenta el carácter de los personajes, un slow burn no les habría pegado mucho en vista de cómo son y sus personalidades hiperactivas. También hago un inciso aquí sobre los secundarios, que me he reído muchísimo con todos ellos y la verdad es que no me esperaba que, luego de que en el primero no fuese capaz de conectar, me resultasen entrañables en algunos momentos concretos. La pluma de la autora me ha gustado bastante en este libro y es que ha ayudado que no me haya saturado con documentación sobre el hockey. Es como que me parece bien saber ciertas cosas o que haya momentos donde explique como funciona, pero en el primero se pasaba páginas y páginas contándome el funcionamiento de este y llegaba un punto que me saturaba bastante. Aquí en cambio he sentido que tenía un equilibrio correcto entre todo y ha sido capaz de transmitirme toda la información primordial y, al mismo tiempo, mantenerme enganchada y con ganas de mucho más.

¡Y eso es todo mis pequeñas estrellas! Contadme, ¿habéis leído ya esta novela? Si es así, decidme qué os ha parecido a vosotros en los comentarios.

¡Nos vemos en la próxima reseña!






 





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